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Hace varios meses que Hollywood vive una profunda crisis con la huelga de guionistas de su industria, pero si esto fuese poco, hace unos días que los escritores del cine y la televisión no están solos. El SAG-ARTRA, los dos principales sindicatos de actores que ahora permanecen unidos también se han unido a la causa. Algo que era de esperar, porque lejos de llegar a un entendimiento, los estudios cada vez están más distanciados de estos colectivos, y son varios intérpretes que ya brindaron su apoyo aparte de avisar desde hace algunas semanas que también se involucrarían en el paro de la actividad si no se comenzaban a reconocer ciertos derechos y cambios. Pero ¿qué es lo que reclaman a las majors los actores y actrices norteamericanos? Estos son los tres puntos clave:
Los sueldos y la regulación en las ‘self-tapes’
Si dejamos de lado a las grandes superestrellas del sistema, encontramos a una amplia mayoría de intérpretes del cine y la televisión que no pueden vivir únicamente de su profesión. Los estudios no han sabido adaptarse a los sueldos del nuevo paradigma del streaming, sin dejar de lado el abandono que estos mismos han provocado en los fondos de pensiones y los seguros de salud. Hay que recordar, lo costoso que es para un norteamericano cualquier tipo de consulta o intervención médica, por lo que ese frente es tremendamente sangrante para los sindicatos.
Por otro lado, el SAG-ARTRA busca la regulación de las llamadas self-tapes. Estas son las grabaciones realizadas por los profesionales para poder participar en todos los procesos de casting para acceder a un papel en un largometraje o serial televisivo. Por si ese desgaste que no asegura ninguna compensación económica fuese poco, los actores además se encuentran en la difícil tesitura de no poder recibir ninguna anotación o corrección de la prueba, con lo que resulta muy difícil que lso directores de casting puedan visualizar el potencial interpretativo.
La temida I.A.
Es un debate que lleva instaurado en la industria del entretenimiento desde hace varios meses, cuando este se ha comenzado a normalizar el último año en varias producciones. Tan sólo hay que echar un vistazo al rejuvenecimiento de Harrison Ford en Indiana Jones y el Dial del destino.
Sin embargo, lo más preocupante es que los estudios propusieron a los sindicatos el permiso para escanear a los actores, creando una réplica mediante la I.A. y pagar únicamente el salario de una jornada laboral. Además de tener el permiso para poder utilizar esa imagen para aparecer de figurante sin tener que ofrecer al profesional una retribución nunca más. Todavía desconocemos cómo pudieron pensar los grandes productores ejecutivos que esta sería una idea bien recibida.
La huelga de actores es un bloqueo absoluto al desarrollo de cualquier producción, lo que sumado a la huelga creativa de los guionistas, suma a la meca del cine en una de las crisis empresariales más severas de la historia.