Toros

Padilla: «He colgado el traje de luces para los restos, no volveré a torear, pero lo echo de menos»

El diestro jerezano Juan José Padilla, conocido también como “El ciclón de Jerez,” se reinventa tras su retirada como torero y ha emprendido una nueva vida en México. El pasado mes de febrero comenzó a trabajar como director artístico del Centro de Alto Rendimiento Taurino de Guadalajara (CACRT). Su última actuación en España fue el 14 de octubre de 2018 en Zaragoza, en la plaza de toros de La Misericordia, el coso que cambió su historia para siempre. Fue el 7 de octubre de 2011 cuando un toro de 500 kilos le metió un pitón por debajo de la mandíbula y se lo sacó por el ojo izquierdo. Tras su retirada de los ruedos con 25 años activo, dijo adiós a las plazas de toros con 1.800 corridas y 39 cornadas a sus espaldas.

Pregunta.- ¿En qué consiste este nuevo proyecto?

Respuesta.- La idea de este proyecto es de la empresa internacional Casa Toreros. Participan 60 jóvenes de todos los países, se irán haciendo eliminatorias a partir de la cuarta semana y quedarán 6 en la final, que serán premiados con novilladas por todo el mundo y traje de luces, entre otras cosas. Los empresarios Pablo Moreno y Juan Pablo Corona han querido, de esta manera, incentivar el futuro de la fiesta nacional, darle una oportunidad a los más jóvenes, que han sido los más olvidados en estos tiempos de emergencia sanitaria.

P.- Por qué le eligieron para dirigir este proyecto y así marcharse a México?

R.- El comité propuso a diez matadores y por mayoría absoluta me eligieron a mí. Me siento muy agradecido.

P.- ¿Le ha costado irse a vivir a México durante estos meses?

R.- No, para nada, le debo mucho a México, me han dado un gran cariño cuando he toreado aquí y se lo debo. Oficialmente como matador me retiré aquí, aquí toreé mi última corrida.

P.- ¿Cómo ve el futuro de la tauromaquia?

R.- Poco a poco vamos viendo la luz tras pasar este año tan duro. Ya se están organizando ferias con poco aforo, pero gracias a la vacuna eso irá en aumento. La tauromaquia tendrá futuro si siguen existiendo empresarios, ganaderos y toreros con ganas de hacer festejos. Sin ellos, esto es inviable. Es un espectáculo que está dentro de la identidad de nuestro país y es imposible que se llegue a prohibir.

P.-¿Seguirá por mucho tiempo vinculado a la tauromaquia tras su retirada?

R.- Sí, el que pueda, le debo mucho al toro y se lo tengo que devolver. Actualmente apodero a un novillero, Manuel Perera, y seguiré vinculado a este mundo siempre que pueda, sobre todo en modo de agradecimiento.

P.- ¿Fue difícil tomar la decisión de retirarse?

R.- La más complicada de mi vida, no he querido decir nunca el verdadero motivo por el que me fui. Debía dejarlo en ese momento sobre todo porque ya las condiciones no eran muy óptimas para seguir al cien por cien. Me hubiera gustado torear mucho más, pero tendría que bajar el ritmo y mi personalidad a la hora de torear exigía mucho, yo tengo que banderillear y si tenía que quitar esa identidad ya no torearía afín a mi personalidad y sobre todo al público que me seguía. Lo más honesto fue decir adiós y dedicarme a mi familia.

P.- ¿Consultó con alguien la decisión?

R.- No. La tomé solo, al igual que la decisión de reaparecer también la tomé solo.

P.- ¿No volverá nunca? Estamos acostumbrados a que muchos toreros vuelven tras anunciar su retirada como, por ejemplo: El Cordobés, Jesulín…

R.- He colgado el traje de luces para los restos, no volveré a torear nunca, aunque lo echo de menos.