El negocio de Óscar, el amigo de Esther López, amanece empapelado con fotos de la joven de Traspinedo

• Alfonso Egea @Alfonso_Egea
• Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.
• • 12/04/2022 09:00
  • Actualizado: 12/04/2022 09:54

La presión a la que está sometido un pueblo de 1.100 habitantes desde el pasado 12 de enero es difícil de imaginar. La inquietud y el desconcierto de la desaparición de una de sus vecinas dio paso al dolor y a la tristeza del hallazgo de su cadáver primero y al recelo y la desconfianza de no saber quién estaba detrás de su muerte después. Poco a poco Óscar, la última persona que estuvo con la joven antes de desaparecer, se ha convertido en objeto de la sospecha primero de los investigadores, a través de datos objetivos, y después de los vecinos de Traspinedo y amigos de Esther, más por su comportamiento y versiones de lo ocurrido aquella noche. Todo eso ha cristalizado en un acto tan denunciable como entendible. Unos desconocidos han empapelado los negocios de Óscar y de su hermana en Valladolid con fotografías de Esther López, justo hoy que se cumplen tres meses de su muerte violenta.

La jornada de hoy volverá a ser frenética y triste en Traspinedo. En el pueblo se prepara un acto en memoria de Esther que volverá a reunir mañana a los vecinos en torno a la plaza del pueblo para recordar a su vecina y arropar a la familia de ésta. Sus padres, Miguel y Chus, visiblemente desmejorados por los efectos de la tragedia de perder a una hija de 35 años de manera inesperada y violenta, y su hermana Inés, embarazada de una niña que, ya salida de cuentas, junto a su pareja, José Luis, recibirán el cariño de su pueblo otra vez, pero en un acto que nada tendrá que ver con el último que se celebró de similares características.

Al miso tiempo, a apenas tres o cuatro kilómetros del centro del pueblo, decenas de agentes de la Comandancia de la Guardia Civil enfilan la que se supone será la última jornada de registro en la casa del ya principal sospechoso policial, Óscar, el amigo que dijo haber dejado a la joven en la carretera. A estas horas el hombre ya debe saber lo que cuenta en estas líneas OKDIARIO. Esta noche unos desconocidos han empapelado su negocio, una agencia de viajes en Valladolid, y el de su hermana, en la misma ciudad, con decenas de imágenes de Esther López con la leyenda “Justicia para Esther”.

La sensación de que lo que contó Óscar sobre cómo vio por último a Esther ha sembrado la desconfianza entre quienes conocían a ambos se ha cristalizado en un gesto cristaliza la tensión que se vive dentro de una investigación que pese a estar perfectamente hilvanada y calculada no puede controlar gestos improvisados como este.

Contradicciones

Pese al efectismo de la iniciativa de las fotos y a lo emotivo del homenaje que hoy en su pueblo darán a Esther, los investigadores siguen su hoja de ruta. Saben que el teléfono móvil de Esther López estuvo en la casa de verano de los padres de Óscar y lo saben de manera indubitada pese a que él nunca se lo dijo a los investigadores en la media docena de interrogatorios al que lo han sometido. Además, la Guardia Civil sabe que lo que encontraron en el maletero del coche en el que viajó Esther antes de desaparecer no es un resto biológico cualquiera, sino saliva de la joven, y este es un dato fehacientemente contrastado. Sin embargo, con todo y con eso dudan que la chica llegara a estar dentro de la casa aquella noche.

Si están trabajando durante cuatro días en la propiedad es porque buscan restos de ella, pero dejados allí por transferencia indirecta. Es decir, alguien toca a Esther y deja en la casa algún resto, en una pared, una puerta o en los desagües después de lavarse las manos. Esther sangró a través de una herida que sufrió en la frente antes de que la dejaran morir tras sufrir un acto violento contra ella. Esther López dejó saliva en el maletero del último coche en el que viajó, el de su amigo Óscar.

Mañana su pueblo recordará a la joven mientras Óscar y su hermana tendrán que afanarse por quitar las imágenes de su joven vecina de sus negocios colocadas en un acto que los coloca públicamente en el centro de atención de los vecinos de Traspinedo. Algo que no es no de lejos justo pero que delata la presión que rodea el caso de la desaparición y muerte de Esther López.