La Guardia Civil da credibilidad al hombre que halló el cuerpo de Esther: «Paso por aquí casi a diario»
Es un vecino de Traspinedo que ronda los 50 años y que ha asegurado a los investigadores haber pasado prácticamente todos los días de enero por ese punto
El cuerpo de Esther, con sus prendas y su bolso, «fue colocado» en una cuneta de Traspinedo
Hallan el cadáver de Esther López en una zona ya rastreada de Traspinedo
Mientras siguen pendientes de conocerse los datos preliminares de la autopsia del cuerpo de Esther López, la Guardia Civil sigue recopilando indicios que apuntan a que el cadáver de la joven fue depositado en la cuneta donde se halló el pasado sábado por la mañana horas antes de ser encontrado, seguramente esa misma madrugada. El último de esos indicios es el testimonio de un vecino de la localidad vallisoletana de Traspinedo, quien ha declarado ya ante la Guardia Civil que no solamente conoce perfectamente la zona donde se topó con el cuerpo de la joven, sino que durante el pasado mes de enero ha paseado por la zona “casi todos los días”.
Este dato además es más relevante si cabe por tratarse este testigo de un vecino de Traspinedo, localidad de 1.100 habitantes, la totalidad de los cuales supo que una de sus vecinas faltaba de casa prácticamente a las pocas horas de su desaparición. De hecho, la primera de las batidas de búsqueda protagonizada por voluntarios del pueblo se llevó a cabo al día siguiente. Así que lo que tiene la Guardia Civil no es un testimonio cualquiera, sino uno de un vecino que sabía perfectamente que a Esther se la estaba buscando por tierra y desde el aire, con voluntarios, drones, perros y hasta un helicóptero. Sus paseos estaban inevitablemente condicionados por el hecho de fijarse más si cabe en lo que había a su alrededor.
Pero este no es el único dato que alimenta la hipótesis de que Esther fue trasladada hasta donde la hallaron en algún momento de la madrugada del viernes pasado. Durante las últimas horas han trascendido las declaraciones del subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez, quien al parecer habría confirmado que la cuneta en la que se encontró a Esther nunca había sido revisada en las batidas de búsqueda “porque no había restos ni huellas de esas búsquedas”. Seguramente el señor Álvarez se refería a los cuadrantes en los que, desde el centro de mando, a menos de un kilómetro de donde se halló a Esther, no aparecía señalada esa zona como relevante.
Otras personas que también pasaron
Según ha sabido OKDIARIO esto se debió al epicentro de las batidas, situado donde la última persona conocida para la investigación que vio a Esther con vida, decía que la había dejado, sola y al lado de una carretera de madrugada. Los pinares, los pozos y el río Duero a su paso por esa zona se volvieron cruciales. La cuneta de una curva abierta con cierta visibilidad, sobre todo para los copilotos de los vehículos, no parecía ser un lugar de urgente batida, porque tal y como ha sucedido, si una persona pasara vería cualquier indicio en superficie, sobre todo si se trata de un cuerpo adulto sin ningún tipo de método de ocultación.
Lo que tal vez el subdelegado no sabía es que, además del paseante que dio la voz de alarma el pasado sábado, por esa cuneta sí que pasaron otras personas, y no sólo para estirar las piernas, como es el caso del hombre que dio con el cuerpo, sino en actitud de verdadera búsqueda.
Se trata de varios voluntarios de Traspinedo, entre los que había familiares de Esther, quienes, confiados en la versión del amigo que la dejó, según él, al lado de una carretera, trataron de deshacer todos los caminos posibles que hubiera podido tomar Esther desde el lugar donde se quedó sola.
Uno de esos caminos es precisamente esa cuneta, revisada con detalle por estas personas, ya que más allá del cadáver de la joven de 35 años había durante su búsqueda otros indicios a los que prestar atención: sus zapatos, sus prendas de ropa, su bolso o su teléfono móvil.
El relato del hombre que descubrió el cadáver ha sido tomado en cuenta de una manera muy sólida por parte de los investigadores, quienes han dedicado incluso más tiempo a procesar el escenario del hallazgo que al propio cuerpo de Esther. El cadáver fue revisado y fotografiado en la cuneta y las primeras conclusiones eran evidentes: ni el aspecto ni la vestimenta del cuerpo era compatible con pasar 24 días a la intemperie habiéndose registrado noches de 7 y 8 grados bajo cero que hubieran helado el cuerpo y la ropa, dejando durante el día evidentes manchas de humedad.
Pero es que, si el cuerpo de la joven fue trasladado el mismo día de su hallazgo al Instituto Anatómico Forense de Valladolid para realizarle la autopsia, los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares no dejaron de procesar la zona hasta bien entrada la tarde del domingo. De los forenses depende saber las circunstancias de la muerte de Esther, del ECIO depende encontrar indicios que ayuden a entender cómo llegó su cuerpo hasta las afueras de Traspinedo.