El error de protocolo que permitió el secuestro del bebé en el hospital de Basurto

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El robo de un bebé en el hospital de Basurto (Bilbao) ha dejado en entredicho la aplicación del protocolo diseñado por la sanidad vasca para evitar este tipo de sucesos. Tras el secuestro de un recién nacido y la tentativa de robo de otro neonato en el Hospital de Donostia, los dos en 2012, en 2014 el Gobierno vasco aprobó una normativa para evitar la sustracciones de bebés que no ha funcionado. Ahora, se anuncian revisiones del protocolo para evitar nuevos fallos.

Desde esa fecha, ningún sanitario podría llevarse un bebé de una habitación para cualquier tipo de prueba sin ir acompañado de uno de los padres del neonato. Sin embargo, en el robo del bebé del hospital de Basurto del pasado miércoles, la secuestradora, vestida con uniforme de sanitario no tuvo ningún problema en llevarse al bebé con la excusa de que debían hacerle la prueba del talón. Simplemente le dijo a la madre que le iban a dar el alta tras la prueba y que volvería en un espacio breve de tiempo. En este sentido, el padre del menor ha asegurado que en el centro hospitalario no le explicaron este protocolo en ningún momento.

Nunca regresó. Las cámaras de seguridad captaron a Mireia de 24 años saliendo con el bebé en una bolsa, la volverían a captar en otros puntos de la ciudad, entre ellos a la salida de la farmacia comprando productos para el neonato. La secuestradora se llevó al bebé al domicilio que compartía con su novio y desde allí envió varias fotos del niño a sus familiares a modo de presentación. Finalmente, agobiada por la situación decidió dejar al bebé en el felpudo de un piso de la octava planta del barrio de Santutxu. La policía la detuvo poco después en la calle, junto a una amiga y a estas horas continúa en dependencias policiales. Al terminar las diligencias tendrá lugar el pase a disposición judicial y en el juzgado, con toda seguridad, le harán un examen psiquiátrico antes de tomar una determinación sobre su futuro.

Lo que sí se sabe con rotundidad es que el protocolo para evitar el robo de bebés no funcionó. Fuentes policiales consultadas por este diario son claras al respecto. «Se trata de falta de información». Es evidente que los padres del bebé desconocían el protocolo que permite y obliga a un familiar del bebé a acompañarle mientras le practiquen las pruebas habituales fuera de la habitación, de nada vale tener un protocolo si los principales actores no están informados de su existencia».

Pero, ¿y los sanitarios no debían informar a las familias de ese protocolo?. Las fuentes consultadas insisten en la falta de información, también por parte de los sanitarios. La movilidad continúa de las plantillas por la escasez de sanitarios hace que muchos ignoren los últimos protocolos que se deben aplicar en los nuevos puestos de trabajo que deben desempeñar, nos explican.

La respuesta es sorprendente, la poca información que reciben las familias puede empañar un protocolo medido hasta el último detalle. Hace ya años que en las maternidades del País Vasco y del resto de España se usan dos tipos de sistemas para evitar errores de intercambio de bebés o de pérdidas. Una pinza con un código que va unida al cordón umbilical del neonato, además de las dos pulseras que el bebé y la madre llevan con el mismo código numérico.

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