HUELVA

El entrenador acusado de abusar de 21 niñas quiere evitar el juicio pagando 1.000 € a cada víctima

Fiscalía pide 147 años de cárcel y el entrenador quiere dejarlo en 11 años de cumplimiento efectivo

Las familias de las víctimas, indignadas con la propuesta de pacto del entrenador acusado de abusar de las menores

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Ángel Moya

Francisco Manuel, el entrenador de menores acusado de abusos sexuales a 21 niñas de su equipo de fútbol, ofrece declararse culpable a cambio de que se le apliquen los atenuantes de reconocimiento de los hechos y de reparación del daño. De esta forma, el acusado sólo cumpliría 11 años efectivos de prisión y pagaría una ridícula indemnización de 1.000 euros a cada víctima de agresión sexual. El entrenado quiere evitar sentarse en el banquillo y afrontar los 147 años de prisión que la Fiscalía y las acusaciones piden para él.

La Fiscalía considera a Francisco culpable de 31 delitos: cinco de agresión sexual a menores, catorce delitos de abuso sexual continuado a menor de 16 años, cinco delitos de agresiones sexuales, cuatro delitos de abuso sexual y dos delitos de abuso sexual a mayor de 16 años y un delito de acoso. Entre todos los delitos suman una petición de 147 años de cárcel, pero sólo puede ser condenado al triple de la condena mayor: siendo ocho años, como máximo cumpliría 24 años de cárcel. Ahora, el entrenador ofrece reconocerse culpable y aceptar un total de 62 años de cárcel, que tras aplicarle los dos atenuantes, se le quedarían en 11 años efectivos de prisión.

El entrenador de las niñas ha hecho los deberes. En caso de que las acusaciones aceptaran su ofrecimiento de pacto, el acusado se podría librar del juicio y salir en semi libertad en menos de tres años. En el plano económico, cada agresión sexual le saldría a pagar a un poco más de 1.000 euros. El acusado ofrece pagar 25.000 euros a repartir entre 21 víctimas. La Fiscalía no rechaza la propuesta de pena del acusado, pero no aceptará la escasa indemnización que ofrece a las familias de las menores. Las acusaciones rechazarán el pacto en su totalidad casi con toda seguridad.

La denuncia que sacó a la luz los presuntos abusos sexuales tuvo lugar en enero del año 2023. Una de las jugadoras tuvo que ser asistida en las urgencias de un hospital por un ataque de ansiedad y durante el reconocimiento médico mencionó la causa: una agresión sexual por parte del entrenador y el acoso al que la sometía en las redes sociales. También por mensajería telefónica.

«Me encanta tu cuerpo»

El modo de actuar del entrenador de menores que relataba la primera víctima era similar al que confirmó días después una segunda jugadora. Esta segunda víctima volvía a hablar de los hechos que cometía el entrenador sin consentimiento de las menores y las frases fuera de tono que les dedicaba como «me encanta tu cuerpo, te voy a poner desnuda frente a una espejo para que lo veas».

El entrenador fue detenido horas después cuando llegaba a su trabajo en la Universidad de Huelva. Tras la detención del entrenador por varios casos de agresión sexual, llegó una lluvia de denuncias de más víctimas de presuntos abusos.

En sus diligencias, la Policía habla de «un mismo patrón» que según las víctimas se repetía desde el año 2016. Era un secreto a voces, pero las víctimas no se atrevían a denunciar por vergüenza o por miedo a perder su puesto en el equipo. Las víctimas han relatado «tocamientos lúbricos» en campos de fútbol, en los vestuarios, en las duchas, durante los entrenamientos, en los viajes para disputar torneos fuera de la ciudad, en el teatro o en la vía pública. Las agresiones más graves tenían lugar en el despacho de enfermería que el presunto pederasta tenía en la Universidad de Huelva. Allí, con la excusa de darles masajes a las jugadoras, el entrenador presuntamente las agredía sexualmente.

Si las jugadoras se resistían a los masajes, las acosaba por las redes y las aplicaciones de mensajería: «Hoy te tengo que dar un masaje sí o sí, yo te recojo y le dices a tu madre que te vas con las amigas». También obligaba a las niñas a desnudarse en su despacho para probarse prendas deportivas, algunas de 13 o 14 años, arrebatándoles o robando sus prendas íntimas mientras se probaban las nuevas.

Se quedaba las bragas de las víctimas

El juez instructor ha visto indicios suficientes para creer responsable de los hechos al entrenador de Huelva, debido al testimonio sólido y con alto grado de detalle de las cuatro menores que denunciaron en primer lugar. También por los mensajes telefónicos aportados por las víctimas, que reflejan los intentos de acercamiento del entrenador a las niñas a través de esta vía. Por último, los efectos requisados por los policías en los registros del despacho del acusado, como son unas cuchillas de afeitar con las que se ofrecía a rasurar a las menores y varias bragas que arrebató a las víctimas, también le señalan directamente.

La previsión de la letrada Patricia Catalina, que trabaja en nombre de las víctimas, ha permitido que hasta la celebración de la vista oral y su resultado se hayan embargado todos los bienes del entrenador de las niñas para indemnizar a las víctimas.

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