Sucesos
ELCHE

Así captó la secta de Perú a la joven española Anna Marín

Con contactos a través de las redes sociales durante meses, así captó la secta de Perú a Anna Marín. La joven ocultó a su familia que había abandonado sus estudios universitarios de Historia, aunque fingió que cada día acudía a la facultad. Su familia cree que durante ese tiempo entabló contacto en persona con alguien relacionado con el grupo de carácter ultra católico, todo antes de partir sola en un primer viaje al país suramericano. En el segundo viaje a Perú, a finales de agosto, ya no regresó.

El paralelismo es obvio entre el caso de Anna Marín y el anterior de Patricia Aguilar, captada hace seis años por una secta peruana y rescatada por su familia. Sin embargo, en el caso de Anna todo es mucho más complicado, ya que ha sido captada con 21 años, frente a los 16 que tenía Patricia cuando arrancó su historia.

Anna Marín ha sido mucho más prudente y ha conseguido ocultar casi por completo a su familia la «doble vida» que llevaba. La joven mantenía un comportamiento normal en casa mientras se iba alejando de sus amigos y profundizaba cada vez más en los contactos de la secta.

Así fue hasta el pasado mes de julio, cuando Anna comunicó a su familia que se iba de viaje con algunos compañeros de carrera a Lima, Perú. No era verdad, viajó sola.

Mínima comunicación con Anna Marín

El pasado 29 de agosto Anna volvió a comunicar que se marchaba al campo con unas amigas, durante los primeros días contactó con su familia, pero al terminar el periodo de vacaciones el 5 de septiembre les envió un mensaje en el que explicaba que se marchaba a Madrid porque había encontrado un trabajo. Tampoco era verdad. Los movimientos de su tarjeta de crédito revelaron que se encontraba en Lima y la Policía confirmó que había salido de España y se encontraba en Perú. Anna no dejó su ordenador en su casa como hizo Patricia en un descuido. Anna se lo llevó todo. No dejó ni un hilo del que tirar para rehacer su último año de vida y comprender lo que ha ocurrido y quién ha podido manipular su voluntad.

Desde entonces hasta hoy, Anna ha mantenido una comunicación mínima con su familia a través de mensajes de WhatsApp. Les ha contado que se halla en Lima, pero que no va a volver. También les pide que retiren la denuncia. «No hay emoción en sus mensajes, sí mucho desapego, ninguna empatía», explica con mucho pesar su hermano David a OKDIARIO.

Su familia, paciente, ha intentado razonar con ella. Finalmente, ha recurrido a SOSDesaparecidos, la organización que prestó ayuda en un caso gemelo, la desaparición de la joven, también de Elche, Patricia Aguilar. Un caso que, gracias a la asociación y a la lucha enconada de la familia de la víctima, terminó con el rescate de la joven lejos de las garras de la secta que la atrapó.

Ahora, la familia de Anna aprovecha todo lo que aprendieron en SOSDesaparecidos durante el rescate de Patricia. La organización ha puesto a disposición de la familia de Anna el asesoramiento legal del abogado Juan Manuel Medina, la Asociación Profesional de Detectives Privados en España (Apdpe) y la asociación peruana CHS experta en trata de personas.

Entre tanto, el consulado de España en Lima a petición de la UDEV Central de la Policía Nacional se entrevistó con Anna para comprobar en persona que se encontraba en buen estado. Tras ello, la dejaron marchar al tratarse de una persona mayor de edad, mientras los expertos en sectas de la Policía de la Comisaría General de Información investigan con ayuda de sus homólogos peruanos la situación de la joven española.