Muere Bobi, el perro más viejo del mundo, a los 31 años de edad

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Muere Bobi, un mastín portugués, a los 31 años y 165 días, que había conseguido convertirse el perro más viejo del mundo. Una triste noticias confirmada por su veterinaria, la doctora Karen Becker, en redes sociales. «Anoche, este dulce niño se ganó sus alas», escribió en el conmovedor homenaje. «A pesar de haber sobrevivido a todos los perros de la historia, sus 11.478 días en la Tierra nunca fueron suficientes para los que le querían. Buena suerte, Bobi… has enseñado al mundo todo lo que debías enseñar», indicó Becker, muy afectada por la muerte del mastín portugués.

«Estamos muy contentos y agradecidos a la vida por permitirnos, después de 30 años, haber tenido a Bobi en nuestro día a día», explicó muy orgulloso su dueño, Leonel Costa, en un comunicado tras el 31 cumpleaños de Bobi en mayo. «Ha sido un guerrero durante todos estos años, sólo él sabe cómo ha aguantado, no debe ser fácil porque la media de vida de un perro no es tan alta, y si hablara, sólo él podría explicar este éxito», reconoció de su perro.

Nacido el 11 de mayo de 1992, Bobi tenía 31 años y 165 días en el momento de su muerte. Vivió toda su vida con la familia Costa en Conqueiros (Portugal), según informó Guinness World Records. Una edad muy superior a la media de un perro, que suele ser de 10 a 13 años.

Su muerte se ha producido meses después de que Guinness le reconociera oficialmente a este perro pastor su gran estatus de perro vivo más viejo del mundo y el más viejo de la historia, el 2 de febrero de 2023.

«Vemos esto como cosas normales en la vida, pero Bobi es único en su especie», declaró su propietario, Leonel Costa, de 38 años, tras la concesión a Bobi de su récord.

Su avanzada edad también fue confirmada por el Servicio Médico Veterinario del Ayuntamiento de Leiria, que registró al can en 1992, así como por el SIAC, una base de datos de animales de compañía gestionada por el sindicato nacional de veterinarios de Portugal.

El récord anterior lo tenía un perro australiano de ganado llamado Bluey, que murió en 1939 a la edad de 29 años y cinco meses.

Bobi nació de una camada de cuatro cachorros. El padre de Leonel Costa decidió deshacerse de él, debido a que tenían demasiados animales ya en casa. Sin embargo, Leonel Costa y su hermano lo escondieron en su casa hasta que sus padres no pudieron negarles que se quedasen con el animal.

Su dueño Leonel Costo explicó que la vida tan larga de Bobi se ha debido a sus buenos hábitos, corroborados por su veterinaria, desde que era un cachorro. «La buena alimentación, el contacto constante con la naturaleza, la libertad para descubrir su entorno, los cuidados veterinarios constantes y el amor», indicó en el mensaje de despedida la veterinaria.

«Lo que comíamos nosotros, lo comían ellos también», afirmó Leonel Costa, que al parecer remojaba la comida en agua para quitarle los condimentos. La larga vida de Bobi también se puede deber a sus buenos genes: su madre, Gira, vivió hasta los 18 años y uno de sus hermanos, Chicote, llegó a los 22 años de edad.

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