Sociedad

Lolita Flores se suma a las críticas contra la Ley Antitabaco: «No quiero que me prohíban nada más»

La nueva Ley Antitabaco impulsada por el Ministerio de Sanidad ha desatado una fuerte controversia social. El proyecto contempla la prohibición de fumar y vapear en terrazas, espacios al aire libre y locales de ocio nocturno, un cambio normativo que, de aprobarse, modificaría de raíz la relación de los españoles con uno de los elementos más característicos de su cultura: la vida en la calle.

Una de las críticas más llamativas llegó de la mano de Lolita Flores, que en una entrevista con Julia Otero en Onda Cero, mostró su disconformidad con la medida tras declararse «más de izquierdas que de derechas». La artista aseguró estar «harta» de que se propongan este tipo de restricciones y lanzó una advertencia que no ha pasado desapercibida: «Que cojan y cierren los estancos de este país y ya está. No quiero que me prohíban nada más».

Un cambio que preocupa a hosteleros y ciudadanos

La nueva normativa también ha generado malestar entre propietarios de bares y restaurantes, que temen una caída de clientes en las terrazas, especialmente en un país donde el clima favorece el ocio al aire libre durante gran parte del año. El debate se centra en cómo equilibrar la protección de la salud con el respeto a las costumbres sociales y culturales que definen a España.

En paralelo, en redes sociales muchos usuarios han cuestionado la prohibición de vapear en espacios abiertos, argumentando que esta medida no tiene justificación al no existir humo pasivo. La discusión se ha convertido en tendencia, con opiniones divididas entre quienes apoyan el endurecimiento de la ley y quienes consideran que se trata de una restricción desproporcionada.

Una ley que trasciende lo sanitario

El Gobierno defiende que el objetivo de esta nueva ley es reducir el consumo de tabaco y proteger la salud de la población. Sin embargo, el alcance de la propuesta trasciende el plano sanitario. Afecta directamente a la hostelería, al turismo y a la forma de relacionarse en sociedad.

En ese equilibrio entre salud pública y libertad individual se jugará el futuro de esta normativa. Lo cierto es que el debate ya está abierto, y promete marcar un antes y un después en cómo los españoles se relacionan con el tabaco, el ocio y los espacios comunes.