Acuerdo internacional para eliminar gases de efecto invernadero
Los representantes de casi 200 países adoptaron este sábado en Kigali un acuerdo sobre la eliminación progresiva de los hidrofluorocarbonos (HFC), unos gases de efecto invernadero considerados muy nocivos para el medio ambiente.
«La enmienda y las decisiones están adoptadas», declaró el ministro ruandés de Recursos Naturales, Vincent Biruta, al término de una sesión plenaria que se prolongó durante toda la noche, recordando que se trata de una enmienda al Procolo de Montreal sobre la protección de la capa de ozono.
El acuerdo, acogido con una gran ovación por los negociadores agotados, prevé un calendario con miras a la eliminación de la producción de estos gases usados en frigoríficos y aparatos de aire acondicionado.
«Es una gran victoria para el clima. Hemos dado un gran paso con miras a concretar las promesas formuladas en París en diciembre» durante la COP21, celebró el comisario europeo de Energía y Medioambiente, Miguel Arias Cañete, citado en un comunicado.
Según el calendario publicado en la página web del Protocolo de Montreal, los países ricos están llamados a actuar antes y con mayor rapidez que los pobres. Reunidos en un primer grupo, los países llamados «desarrollados» deberán reducir su producción y consumo de HFC un 10% antes de finales de 2019 en relación a los niveles de 2011-2013, y un 85% antes de 2036.
Un segundo grupo de países «en vías de desarrollo», entre ellos China y los africanos, se comprometieron a iniciar su transición en 2024. Deberán alcanzar una reducción de 10% con respecto a los niveles de 2020-2022 para 2029 y de 80% para 2045.
Un tercer grupo de «países en desarrollo», incluidos India, Pakistán, Irán, Irak y los países del Golfo se comprometieron por su parte a empezar en 2028, para llegar a una reducción de 10% con respecto al periodo 2024-2026 en 2032 y de 85% en 2047.
Los HFC, también utilizados en algunos aerosoles o en la fabricación de espumas aislantes, son unos gases de efecto invernadero sumamente dañinos cuyas emisiones aumentan de forma más rápida, a razón de 10-15% por año.
Desde los años 1990 se utiliza en sustitución de los CFC (clorofluorocarbonos), principales responsables de la destrucción de la capa de ozono. Pero aunque son buenos para el ozono, son desastrosos para el clima, por lo que desde 2009 surgió la idea de una enmienda al Protocolo de Montreal para suprimirlos.
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