No podrás volver a comer en un Nebraska pero podrás recordarlo haciendo su famosa mostaza en casa

No podrás volver a comer en un Nebraska pero podrás recordarlo haciendo su famosa mostaza en casa
Foto: Archivo
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

Cuando la semana pasada se anunció el cierre de las míticas cafeterías Nebraska, ubicadas en la capital española, miles de internautas volcaron en la red su tristeza. Pero esa tristeza se centraba, prácticamente en exclusiva, en la idea de no volver a probar sus famosos perritos calientes.

Unos perritos que, convertidos en producto estrella de los Nebraska, arrastraban un auténtico club de fans. Desde los que no contemplaban una vuelta a casa después de salir de fiesta sin llevarse a la boca uno de sus perritos, hasta los que convertían este plato exportado de Estados Unidos en su comida rápida favorita.

Pero, ¿cuál era el secreto que elevaba estos perritos calientes al nivel de comida exquísita? Pues los internautas coinciden en el elemento clave que los diferenciaba de otros perritos corrientes que te dan por ahí: la mostaza.

Una salsa de mostaza cuya receta era un secreto, equiparable al de la receta de unos conocidos refrescos de cola, y solo conocían los empleados de Nebraska. Un total de 92 empleados que, con el cierre de la empresa, se iban al paro. Avisados por el tremendo interés, y pena, que despertaba el cierre de la cadena de cafeterías, y el futuro o pérdida de la famosa mostaza, estos empleados decidieron dar a la gente lo que pedían.

«300 RT y publicamos la receta de la mostaza» avisaban en su cuenta de twitter ‘los92deNebraska’, nombre que eligieron estos empleados para su cuenta en la red social del pájaro azul.

Esos 300 RT se consiguieron enseguida y, como lo prometido es deuda, en un tuit incluyeron la receta de la salsa que más de uno estará haciendo en casa ahora mismo.

Una mostaza alemana y mahonesa casera es la base de esta receta. Pero no cualquier mostaza, tiene que ser de la marca ‘Kühne Senf’. No puede ser otra porque «si no, no sale igual». Y la mahonesa casera siguiendo la receta que se publica a continuación. Un único problema, que las cantidades expuestas son como para proveer de mostaza a toda una cadena de cafeterías de una gran ciudad.

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