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Tu mal aliento no es por no lavarte los dientes: cuidado si te pasa esto

La halitosis, ese olor desagradable que proviene del aliento de una persona, es una de las afecciones peores que cualquier ser humano puede experimentar, un problema que llega a provocar incluso hasta el aislamiento social. Ahora bien, hay muchas causas de ello y  el mal aliento no es por no lavarte los dientes.

Por si no lo sabías, una de las causas más comunes son los tonsiolitos, por lo que es muy importante conocer qué son, para qué están y qué pasa cuando pueden acabar produciendo ese olor molesto.

Descubre porqué tu mal aliento no es por no lavarte los dientes

Lo primero es aclarar que cuando hablamos de ellos, nos referimos a los también llamados cálculos amigdalinos, las piedritas de volumen variable que se encuentran en las amígdalas, y éstas en el fondo de la cavidad bucal.

¿Por qué aparecen los tonsilolitos?

Imperceptibles en muchos casos, estas formaciones aparecen consecuencia de la acción natural de las amígdalas, relacionada con la eliminación de bacterias y otros microorganismos útiles en la prevención de infecciones que de otra forma podrían derivar en una amigdalitis. Recordemos que, si ésta se repite, necesitará de una intervención quirúrgica para descartarla a futuro. Es común que se recomiende la operación sobre todo en los niños.

La superproducción de tonsiolitos debido a la combinación de sales minerales en esa zona, como las cálcicas, suele no traer inconvenientes a los pacientes, pero no es extraño que con el tiempo originen el mal aliento.

En su momento, la prestigiosa revista Journal of Clinical and Diagnostic Research publicó unas investigaciones en las que se detallaba que los tonsiolitos tienden a ser inofensivos en términos de dolor, pero sí causan la halitosis. Igualmente, hay personas que aseguran que su presencia se vuelve insoportable si adquieren cierto tamaño.

¿Cómo evitar los tonsilolitos?

Si te interesa evitarlos y con ello impedir el mal aliento por esta causa, tienes que cepillarte los dientes al menos un par de veces al día de modo detenido, intentando alcanzar todos los rincones entre piezas dentales.

Por otro lado, hay algunos fenómenos que están detrás de este diagnóstico, como el fumar cigarrillos sin filtro, la exagerada secreción de mucosidades o la expansión del tejido amigdalino más allá de sus zonas habituales.

Siempre que mantengas una higiene bucal acorde a lo que tu dentista te aconseja pero sufras estos síntomas, deberías llevar a cabo una consulta específica para que el odontólogo te sugiera un tratamiento de curación concreto que te ayude a deshacerte de los cálculos de inmediato, antes de que puedan afectar tu día a día.