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Cáncer

Tipos de pruebas para diagnosticar cáncer

El cáncer es una de las enfermedades más temidas de nuestra era. ¿Cuáles son las pruebas para diagnosticar cáncer? Anota estos consejos.

Las pruebas para diagnosticar cáncer se dividen en cuatro grupos. La mayoría de las veces estas evaluaciones no son excluyentes. Dependiendo de los resultados que cada una de ellas vaya arrojando, se pueden ordenar nuevos y distintos estudios. Todo esto para determinar con precisión el tipo de enfermedad, los daños y definir los tratamientos a aplicar. La detección temprana es vital. Sin embargo, en un número importante de casos no aparecen síntomas que alerten sobre la incidencia de situaciones extrañas en el organismo.

Cuando sí se manifiestan estas señales, se debe acudir de inmediato con el médico de confianza. El paso uno es una revisión exhaustiva de los factores de riesgo. Esto incluye desde la historia familiar, hasta los hábitos y el estilo de vida. Después se procederá con la primera batería de exámenes: las analíticas.

En la práctica, se trata de análisis sanguíneos. Orina, líquidos cefalorraquídeo y pleural, heces y la mucosidad presente en las fosas nasales también pasan por el escrutinio microscopio y su reacción a determinados químicos. Otra ‘metodología’ que se utiliza es la de ‘rastrear’ los marcadores tumorales. Consiste en determinar si algunas sustancias relacionadas con tumores muestran índices por encima de lo normal en la sangre.

Imágenes

Las pruebas por imágenes sirven para observar los alcances de la enfermedad y conocer con precisión dónde se originó el problema. De igual forma, permiten evaluar si los tratamientos utilizados han sido efectivos. Radiografías, ecografías y tomografías computarizadas, son algunas las otras opciones dentro de este grupo.

Con la gammagrafía es posible detectar lesiones minúsculas que pasan desapercibidas en cualquiera de las otras pruebas para diagnosticar cáncer. Para realizarse a los pacientes se le administra radioisótopos de manera oral o intravenosa.

Endoscopias

La endoscopia es uno de los métodos más utilizados. Consiste en introducir en el cuerpo un tubo delgado y flexible con una cámara de vídeo. Los especialistas ‘conocen’ el interior de sus pacientes, sin necesidad de abrir una herida. Se utilizan para examinar laringe, el aparato digestivo, pulmones, colon y vejiga.

Pruebas para diagnosticar cáncer: biopsias

Estos exámenes son los únicos que permiten determinar con certeza si lo que enfrentan algunas personas es cáncer. Para ello se extrae una parte del tumor para ser analizada. Según su localización, las muestras se toman con agujas, a través de una endoscopia o incluso con cirugía. Esta última opción se utiliza para remover por completo la anomalía y el análisis sirve para determinar los riesgos de reincidencia.

Ante la mínima sospecha de que se pueda ser víctima de esta enfermedad, es preciso acudir al médico de confianza. Ignorar la situación solo será útil para retrasar la aplicación de un tratamiento y que los peligros crezcan exponencialmente.