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Estudio en cinco comunidades

El ‘rostro’ actual del acoso escolar y el ciberacoso

Uno de cada cuatro alumnos/as cree que hay alguien en su clase que sufre acoso escolar.

Informe realizado con 5.123 alumnos y 229 profesores

Cómo saber que un menor está siendo víctima del bullying

El IV informe de prevención del acoso escolar en los centros educativos ‘La opinión de los estudiantes’, publicado por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, señala que uno de cada cuatro cuatro alumnos/as cree que hay alguien en su clase que sufre acoso escolar y en opinión de seis de cada diez, el centro escolar no hace nada ante una situación de bullying.

Desde 2016 ambas entidades vienen desarrollando un programa de lucha contra el acoso escolar, compuesto por tres líneas de actuación: la publicación de los informes sobre acoso escolar y ciberbullying según los afectados, talleres de prevención y campañas de divulgación.

En estos talleres se ofrecen herramientas orientadas a que los alumnos/as tomen conciencia de la responsabilidad que tienen ante los casos de acoso escolar y las diferentes formas de prevenirlo, así como de responder ante este tipo de casos.

Los datos de este último informe proceden de una muestra de 5.123 alumnos/as y 229 profesores/as, que han participado en los programas de concienciación y prevención del acoso escolar que ambas instituciones han llevado a cabo en 301 centros educativos repartidos por 5 Comunidades Autónomas (Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Islas Baleares y Canarias).

Las conclusiones recogidas en este informe son fruto del análisis de datos recopilados a través de encuestas a los alumnos/as y profesores/as que han participado en los talleres, mediante las cuales se pretendía conocer las percepciones y actitudes de víctimas, acosadores, espectadores y docentes en el mismo entorno en el que ocurre el acoso. El documento cuenta también con las opiniones y propuestas del profesorado, completando así la visión panorámica del acoso escolar en los centros educativos.

Conclusiones principales

Uno de cada cuatro alumnos/as (24,4%) cree que hay alguien en su clase que sufre acoso escolar. Estas situaciones afectan en mayor medida a una única persona, tanto si la víctima es una chica (47,2%) o un chico (55,2%). Los datos pertenecientes al curso 2021-22 indican que la percepción del alumnado sobre la incidencia del acoso escolar ha decrecido (24,4%) en relación con los años anteriores a la pandemia.

Según opina un 29,9% de los alumnos y las alumnas, la persona que ha sufrido bullying ha experimentado esta situación durante más de un año. Para el 42,9% llevan meses sufriéndolo. Los motivos más frecuentemente mencionados por las víctimas son su aspecto físico (56,5%) y por las cosas que hace o dice (53,6%).

Con respecto al tipo de agresión, se registra una tendencia creciente en los últimos años de conductas como insultos, motes y burlas (89,49%). Por el contrario, en comparación con los datos de 2020 y 2021, en 2022 se detecta una reducción en el resto de formas de agredir a las víctimas: difusión de rumores (31,83% vs el 46,9% del curso pasado), aislamiento (41,74% vs 44,9%), golpes y patadas (31,08% vs el 38,0%), amenazas (27,18% vs 28,9% en 2020/21), robo o rotura de objetos (19,07% vs 25,5%), hacer fotos y videos (13,96% vs 15,4%). El tipo de acoso más habitual en Primaria es el acoso físico, mientras que en Secundaria prima el acoso psicológico.

El bullying suele llevarse a cabo por varios acosadores en el 72,6% de los casos. El informe destaca aquí el aumento que se ha producido en los últimos años, en el porcentaje de agresiones en grupo, alcanzando a tres de cada cuatro casos de acoso escolar detectados en 2022 (43,7% en 2018 y 2019).

Ciberbullying

En lo referente al ciberbullying, el 8,2% de los alumnos y las alumnas piensa que alguien en su clase es víctima de este tipo de acoso (16 puntos porcentuales menos que en 2020-2021), 8,5% en primaria y 7,6% en secundaria. Este tipo de acoso suele afectar con más frecuencia a una única persona (44%), detectándose diferencias según el sexo cuando las víctimas del ciberbullying, en la clase, son dos o más personas (36,2% chicas y 32,7% chicos).

Entre los medios a través de los cuales se sufre ciberbullying destacan el WhatsApp (66,9%), Instagram (53,1%) y TikTok (48,6%). El 26,9% del alumnado cree que la persona que ha sufrido ciberbullying, ha experimentado esta situación durante más de un año. Destacan en Primaria TikTok, juegos online, Twitch y Facebook con porcentajes superiores a Secundaria.

De acuerdo con el 85,2% del alumnado, los acosadores/as son compañeros/as conocidos/as del centro escolar, siendo, en más de la mitad de los casos (53,9%) compañeros/as de la misma clase y en un 31,3% de las situaciones, pertenecientes a otras clases o cursos.

En cuanto a la respuesta que se da ante una situación de acoso, la mitad del alumnado (53,1%) afirma que el profesor/a sí hace algo en estos casos, siendo las acciones más mencionadas: ayudar, apoyar e intentar solucionar (31,5%) y mediar con los implicados/as (33,1%). No obstante, para los autores del informe, «sigue siendo muy preocupante que el 45,4% de los alumnos/as perciba la no intervención del profesorado ante una situación de bullying».

El centro escolar sigue siendo el lugar donde más se produce el acoso escolar. Casi la mitad del profesorado (45,9%) revela haber tenido conocimiento de algún caso de acoso escolar. De estos, el 56,5% son docentes de secundaria. El informe pone de relieve cómo el conocimiento de estas situaciones les llega a través de terceras personas más que por sí mismos.

A juicio del profesorado los aspectos «bastante» y «muy decisivos» para que se produzca acoso escolar son el uso indebido de las nuevas tecnologías/redes sociales (95,2%), la presión del grupo de amigos/as (94,3%), la falta de respeto a las diferencias (93,0%), la falta de una gestión emocional adecuada en los niños/as adolescentes para resolver los conflictos (92,1%) y la normalización de la violencia (91,3%). Entre las características que consideran más típicas de los/as agresores/as destacan la superioridad y la falta de habilidades sociales (falta de empatía o sensibilidad, intolerancia, etc.).

La prevención

Para los docentes, las acciones que pueden realizar para prevenir los problemas de acoso escolar son favorecer la escucha, el diálogo y la comunicación en la resolución de conflictos, trabajar el respeto a las diferencias, y observar las relaciones que se establecen en el aula entre los alumnos/as. Mientras que el 48,5% ve nada o poco posible la expulsión definitiva del centro, un 45% considera que expulsar de determinadas clases por un período superior a seis días lectivos e inferior a dos semanas puede ser una acción bastante o muy posible.

Para el profesorado, el centro puede llevar a cabo una serie de intervenciones que resultarían efectivas para abordar el acoso escolar, subrayando, principalmente, las actividades de sensibilización y prevención de especialistas (86,3%), protocolos de actuación (78%) y formación del profesorado (75,3%).

Los autores del informe resaltan que, en 2022, todavía más de la mitad del profesorado (56,1%) opina que la intervención de los centros escolares es adecuada sólo en algunas ocasiones.

La valoración global de los talleres ha sido muy positiva por parte del 98,3% del profesorado, siendo considerada de gran utilidad por el 95,5% del alumnado. Estas actividades han demostrado su eficacia en ayudar a que el alumnado detectar correctamente las acciones que son acoso escolar, entre ellas, «meterse frecuentemente con un compañero/a para divertirse, humillarle ya sea a través de un perfil falso o por redes sociales frecuentemente». Asimismo, ha servido para ayudar al alumnado a darse cuenta de que determinadas actitudes personales les hace cómplices del acosador/a y que el acoso escolar no es sólo un problema de la víctima.

Incrementa la percepción entre la mayoría de los alumnos y las alumnas de que la principal perjudicada por el acoso es la víctima, afectando también esta grave conducta a toda la comunidad educativa. Se observa, además, una mejora en la conciencia de apoyar y defender a la víctima y contárselo a una tercera persona. A este respecto, tres de cada cuatro alumnos/as menciona a la familia, más de la mitad (56,3%) a los amigos/as y más de uno de cada tres (39,3%) al profesorado.