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¿Qué es un cerebro desafiante para combatir la demencia?

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La demencia es una pérdida de la función cerebral que ocurre a causa de ciertas enfermedades. Esto afecta a una o más funciones cerebrales como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio o el comportamiento. A la demencia también se le puede denominar trastorno neurocognitivo mayor. Sin embargo, como señala David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, «Con la edad es común sufrir pérdidas de memoria, pero esto no significa que el envejecimiento vaya ligado a la demencia. Para que se pueda considerar como tal, deben manifestarse al menos dos problemas en las funciones neuronales».

Aunque comúnmente afecta a los mayores, la demencia puede darse en personas de cualquier franja de edad. Aunque esta forma parte de los principales factores de riesgo, también existen otros, como pueden ser los antecedentes familiares o la falta de ejercitación cerebral. Y ahí, es donde surge el último estudio publicado en Network Open, por investigadores de EEUU y Australia, donde revelan de que desafiar al cerebro también podría ser beneficioso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que hay más de 55 millones de personas que padecen esta enfermedad en todo el mundo, la mayoría de ellos personas mayores.

Por este motivo, se ha evidenciado la necesidad de estimular el cerebro, provocándole con nuevos desafíos con actividades como escribir cartas, diarios, dar clases educativas o usar ordenadores. En este sentido, se señala que es como hacer ejercicio con avanzada edad, forzando al máximo las posibilidades del rendimiento.

Con una amplia frecuencia de participación se lograría una caída del 11 % en el riesgo de desarrollar demencia durante un período de 10 años. Del mismo modo, una mayor frecuencia de actividades como juegos de cartas, ajedrez o resolución de acertijos se asoció con una reducción del 9 % en el riesgo de demencia.

Cuestión de género

En este amplio estudio, que se ha desarrollado para conocer mejor la demencia, se fija que el emprendimiento de actividades creativas de manera constante, como pintar o trabajar la madera, se asoció con un menor riesgo de padecer esta patología, aunque un análisis posterior sugirió que el efecto se daba principalmente entre los hombres.

El profesor de neurología cognitiva de la Universidad de Cambridge, James Rowe, ha señalado que este estudio demuestra que es necesario que tanto los organismos públicos como privados, trabajen para conseguir que las personas mayores puedan realizar todo tipo de actividades, ya sean manuales o creativas y literarias. El que escuelas o universidades faciliten que puedan estudiar personas mayores, es también un aliciente que tiene sus beneficios.

«Pero antes de pasar horas en juegos mentales, debemos recordar que este no fue un ensayo de intervención controlado con placebo», aseguró. «Esto significa que aún no sabemos cuál es la causa y el efecto: la capacidad de participar en las buenas actividades podría indicar otras ventajas de salud, educativas y socioeconómicas que son la razón de menos demencia» señaló a The Guardian.