¿Ocho copas a la semana? Esto es lo que le pasa a tu cerebro con el tiempo
La investigación encontró una relación entre el consumo elevado de alcohol y la presencia de daño cerebral
El consumo excesivo de alcohol puede tener efectos nocivos sobre el cerebro. Según los estudios, las personas que ingerían ocho o más bebidas alcohólicas por semana presentaban una mayor propensión a desarrollar lesiones vasculares cerebrales y signos de neurodegeneración, entre ellos la acumulación de ovillos de proteína tau, característicos de la enfermedad de Alzheimer.
El consumo habitual de ocho o más bebidas alcohólicas por semana podría estar asociado a un mayor riesgo de sufrir lesiones cerebrales vinculadas con el deterioro de la memoria y las funciones cognitivas, según un estudio publicado el 9 de abril de 2025 en Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología.
La investigación encontró una relación entre el consumo elevado de alcohol y la presencia de daño cerebral, aunque no estableció una causalidad directa.
Lesión cerebral
El tipo de lesión cerebral identificado se conoce como arteriolosclerosis hialina, una afección en la que los pequeños vasos sanguíneos del cerebro se engrosan, endurecen y estrechan, lo que limita el flujo sanguíneo y puede provocar daño tisular. Estas alteraciones se traducen en lesiones cerebrales que pueden afectar a la función cognitiva a lo largo del tiempo.
«El consumo excesivo de alcohol es un importante problema de salud mundial, vinculado con un aumento de problemas de salud y muertes», afirmó el autor del estudio, el Dr. Alberto Fernando Oliveira Justo, de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Brasil).
«Analizamos cómo el alcohol afecta el cerebro a medida que las personas envejecen. Nuestra investigación demuestra que el consumo excesivo de alcohol es perjudicial para el cerebro, lo que puede provocar problemas de memoria y pensamiento».
Daño neurológico como el Alzheimer
El estudio se basó en autopsias cerebrales de 1.781 personas, con una edad promedio de 75 años al momento de su fallecimiento. Los investigadores analizaron muestras de tejido cerebral en busca de signos de daño neurológico, como la presencia de ovillos de proteína tau —relacionados con el Alzheimer— y arteriolosclerosis hialina. Además, registraron el peso cerebral y la estatura de cada participante.
La información sobre los hábitos de consumo de alcohol fue proporcionada por familiares cercanos. A partir de esos datos, los investigadores clasificaron a los participantes en cuatro grupos:
Abstemios (965 personas que nunca bebieron); bebedores moderados (319 personas que consumían hasta siete bebidas alcohólicas por semana); bebedores empedernidos (129 personas que tomaban ocho o más bebidas semanales), y exbebedores empedernidos (368 personas que habían dejado de beber tras un historial de consumo elevado).
Lesiones cerebrales vasculares
Una bebida estándar fue definida como aquella que contiene 14 gramos de alcohol, lo que equivale aproximadamente a 350 ml de cerveza, 150 ml de vino o 45 ml de licor destilado.
De quienes nunca bebieron, el 40% presentó lesiones cerebrales vasculares. De los bebedores moderados, el 45% presentó lesiones cerebrales vasculares. De los bebedores empedernidos, el 44% presentó lesiones cerebrales vasculares. De los exbebedores empedernidos, el 50% presentó lesiones cerebrales vasculares.
Después de ajustar los factores que podrían afectar la salud del cerebro, como la edad al momento de la muerte, el tabaquismo y la actividad física, los grandes bebedores tenían un 133% más de probabilidades de tener lesiones cerebrales vasculares en comparación con los que nunca bebieron, los ex grandes bebedores tenían un 89% más de probabilidades y los bebedores moderados, un 60%.
Impactos cognitivos
Los investigadores también descubrieron que los grandes bebedores y ex grandes bebedores tenían mayores probabilidades de desarrollar ovillos de tau, un biomarcador asociado con la enfermedad de Alzheimer, con probabilidades 41% y 31% mayores, respectivamente.
El consumo excesivo de alcohol en el pasado se asoció con una menor proporción de masa cerebral, una menor proporción de masa cerebral en comparación con la masa corporal y peores capacidades cognitivas. No se encontró relación entre el consumo moderado o excesivo de alcohol y la proporción de masa cerebral ni las capacidades cognitivas.
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