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3 métodos para sacarle partido al ejercicio de saltar a la cuerda

Un entrenamiento tan sencillo como el salto de cuerda puede proporcionar múltiples beneficios a la salud. Conseguirá ejercitar la mayor parte de los músculos, incrementará la resistencia cardiovascular y mejorará la coordinación. Y todo esto con apenas un minuto de actividad. A continuación te mostramos los 3 métodos para sacarle partido al ejercicio de saltar a la cuerda.

Hay que empezar aguantando un minuto, intentando aguantar hasta los cinco. A medida que vayas progresando puedes exigirte un poco más para comprobar tus límites. Durante la primera semana de trabajo con la cuerda procura saltar durante un minuto sin interrupción.

1-Para comenzar con este ejercicio, en primer lugar hay que saltar sobre la cuerda con los dos pies juntos y a un ritmo moderado, intentando que rodillas y tobillos permanezcan relajados para no sufrir tanto el impacto con el suelo. Intenta que sea un movimiento fluido, en vez de dos posiciones distintas. Cuando te vayas encontrando más cómodo podrás incrementar gradualmente el tiempo del ejercicio hasta los cinco minutos.

2-Cuando ya tengas confianza en el salto con cuerda, podrás aumentar la dificultad técnica. Es preferible esto antes que subir la frecuencia cardíaca. En vez de saltar con los dos pies al mismo tiempo, lo aconsejable sería hacerlo de forma alterna (primero uno y luego el otro). Se trata de un ejercicio que exigirá coordinación, ya que la cuerda debe pasar por debajo de cada pie en el momento de realizar el cambio, como si estuvieses trotando sobre el mismo sitio.

3-Una vez que hayas conseguido controlar la coordinación entre los pies y la cuerda, será el momento adecuado para incrementar en cada salto la elevación de los talones. Consiste en ir subiendo cada vez más los talones hacia los glúteos, exigiéndole a tu cuerpo un mayor esfuerzo en cada salto. La intensidad en el entrenamiento se dejará notar. Podrás aumentar el ritmo de forma progresiva hasta que alcances tu mejor estado de forma. El siguiente paso será elevar el tiempo de la rutina.

Es importante que en todo momento lleves un control de tus evoluciones, sobre todo para conseguir una mayor motivación. Ese espíritu de superación puede resultar de gran ayuda para notar los progresos que se van produciendo. Hay que tener mucho cuidado con los saltos de cuerda, sobre todo porque las articulaciones, como las rodillas y tobillos, acaban sufriendo más de la cuenta a consecuencia del impacto, sobre todo si nos ejercitamos con demasiada rigidez. Cuando notes algún tipo de molestia en este sentido, lo mejor es que detengas el entrenamiento y consultes con un médico o un recuperador físico.

Para algunos puede ser considerado un simple juego de niños, pero con una rutina diaria de ejercicios se obtendrá un mejor estado de forma, aunque esto en cierta medida dependerá de la genética de cada persona. Recuerda que para saltar a la cuerda necesitas sólo un poco de espacio, una cuerda y muchas ganas de disfrutar de esta actividad tan poco empleada. Reporta muchos beneficios a la salud del usuario.