Los médicos desenmascaran la alianza de Mónica García con UGT y CCOO y volverán a la huelga en enero
El conflicto se enmarca en las negociaciones para la aprobación de un nuevo Estatuto Marco del personal estatutario del Sistema Nacional de Salud
Seis organizaciones médicas de ámbito estatal han anunciado un frente conjunto para reclamar un Estatuto Marco propio para los médicos y facultativos, en clara contradicción con el preacuerdo alcanzado por el Ministerio de Sanidad, liderado por Mónica García, con los sindicatos generalistas como CCOO y UGT.
La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), el Sindicato Médico Andaluz (SMA), Metges de Catalunya (MC), la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), el Sindicato de Facultativos de Galicia Independientes (OMEGA) y el Sindicato Médico de Euskadi (SME) han prometido «no cejar» hasta lograr un texto normativo que reconozca específicamente la identidad, funciones y condiciones laborales del colectivo médico.
El conflicto se enmarca en las negociaciones para la aprobación de un nuevo Estatuto Marco del personal estatutario del Sistema Nacional de Salud, una norma que pretende actualizar los derechos y condiciones laborales de los trabajadores sanitarios.
Aunque en la mesa de negociación tradicional —la que incluye a sindicatos como SATSE, CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde— se alcanzó un preacuerdo con Sanidad, representantes médicos independientes lo han rechazado por considerar que no atiende las necesidades específicas del colectivo médico y diluye su voz al mezclarla con la de otros profesionales sanitarios.
CESM y el SMA, por ejemplo, han llegado incluso a abandonar la mesa de negociación en varias ocasiones por esta razón, argumentando que Mónica García se niega a crear una mesa de negociación paralela o específica para médicos, lo que consideran indispensable para defender cuestiones que les afectan directamente, como la clasificación profesional, la jornada laboral o el ámbito de negociación propio.
Por qué no aceptan el acuerdo actual
Aunque el Ministerio de Sanidad que tutela Mónica García ha defendido que el preacuerdo con los sindicatos mayoritarios incorpora mejoras importantes —como la jornada de 35 horas, la supresión progresiva de guardias de 24 horas y otras mejoras laborales—, los sindicatos médicos han denunciado que esas mejoras no bastan y que las medidas propuestas quedan lejos de sus reivindicaciones históricas.
Los grupos como CESM o SMA reclaman, entre otros puntos:
- Un Estatuto Marco propio para médicos y facultativos que recoja las particularidades de la profesión, su responsabilidad y formación especializada.
- Un ámbito de negociación exclusivo para el colectivo médico, porque consideran que sus condiciones laborales son distintas al resto de profesionales sanitarios.
- Una clasificación profesional ajustada a la realidad médica, con regulación específica de guardias, jornada laboral y movilidad.
Según estos representantes, negociar estas cuestiones en una mesa común con otros colectivos resta fuerza a sus demandas y puede conducir a compromisos que no reflejen las necesidades reales del personal facultativo.
Movilizaciones y huelgas: el pulso continúa
El rechazo de los médicos a la negociación ha derivado en movilizaciones y paros de carácter nacional durante varias semanas, incluso en un contexto de presión asistencial por brotes de gripe y otras enfermedades. Las protestas se han extendido con jornadas de huelga consecutivas, llevando a miles de profesionales a manifestarse en Madrid y en otras ciudades para reclamar su estatuto propio y una negociación específica
En este contexto, las seis organizaciones anunciaron una rueda de prensa conjunta para el próximo 8 de enero, en la sede de CESM en Madrid, donde presentarán su plan de reivindicaciones y movilizaciones coordinadas. El objetivo es reforzar su posición como interlocutores clave en la reforma laboral sanitaria, más allá de la dinámica tradicional de sindicatos mayoritarios.
El rol de CCOO y UGT: aliados criticados
Aunque sindicatos como CCOO y UGT han respaldado el preacuerdo con el Ministerio y argumentan que el nuevo Estatuto Marco beneficiará a todos los profesionales del Sistema Nacional de Salud, los sindicatos médicos ven en esa postura una limitación de su capacidad de influir directamente en decisiones que afectan exclusivamente a su colectivo. Este choque de enfoques ha generado tensiones internas dentro de las plataformas sindicales sanitarias y alimenta la idea de que los médicos deben tener una voz propia e independiente en las negociaciones que definan su futuro profesional y laboral.
Mirando hacia el futuro
A medida que se acercan nuevas fechas de movilización desde enero, con convocatorias que promete consolidar el frente médico como una fuerza unificada, la situación abre un debate más amplio sobre cómo se representa a los profesionales sanitarios en las negociaciones laborales y sobre la legitimidad de fórmulas de diálogo que pretendan englobar a colectivos con realidades tan diversas. Para los grupos médicos, el desafío sigue siendo claro: no sólo mejorar las condiciones laborales, sino establecer un marco normativo que reconozca de forma específica la identidad y singularidad de la profesión médica en el sistema sanitario español.
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