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Médico cirujano por la Universidad de Harvard y divulgador

Mario Alonso Puig: «Subestimamos el enorme poder que tenemos para influir en nuestra propia salud»

"Las decisiones que tomamos están moduladas por nuestro estado emocional"

"Hay estados mentales que pueden reducir la acción del sistema inmunológico en un 18%, lo cual es una barbaridad"

Expertos demandan garantizar un acceso rápido de los pacientes a las terapias génicas

Mario Alonso Puig lleva más de 20 años impartiendo cursos, conferencias y trabajando con equipos directivos para potenciar capacidades humanas como el liderazgo, trabajo en equipo, gestión del cambio, salud, bienestar, felicidad, comunicación, creatividad e innovación. Acaba de participar en el evento digital «Observatorio Lo Importante, la salud», desde la Academia Rafa Nadal junto a un importante grupo de expertos y el tenista Rafa Nadal, embajador de Cantabria Labs.

PREGUNTA.-¿Puede hablarnos de la motivación y el cuidado de la salud?

RESPUESTA.- Tendemos a pensar que el elemento más importante en la vida en general es el elemento cognitivo, pero no es así. El componente emocional es de una importancia crucial. El sistema límbico (estructuras cerebrales que se presentan en pares y que regulan las emociones y la memoria) abre o cierra áreas cognitivas enormes. Una persona que encuentra una motivación abre la creatividad y el aprendizaje. No solemos darle el valor que tiene a ese entusiasmo, esa pasión. Se debe a que arrastramos una limitación: Consideramos que los procesos mentales y los afectivos no están conectados. Uno de los grandes hallazgos de la neurociencia afectiva es esa relación entre lo cognitivo y lo afectivo. Las decisiones que tomamos están moduladas por nuestro estado emocional. Como sociedad tenemos que apelar a lo cognitivo, pero también a lo que genera emoción, ilusión, es el equivalente al combustible de un coche.

Tenemos un poder enorme para influir en nuestra propia salud, pero lo subestimamos. A veces falta encontrar un porqué, un motivo que tenga la fuerza suficiente para anclarnos en nuestras decisiones para hacer el esfuerzo, independientemente de lo que cueste. La pasión, la ilusión, el porqué, eso es lo que nos levanta.

P.- ¿Por qué le dan los expertos tanta importancia al descanso nocturno en relación con las enfermedades infecciosas?

R.- El sistema inmunológico es de una complejidad asombrosa. Una de las cosas que se sabe de él es que hay una parte del sistema nervioso, el sistema nervioso parasimpático, que guarda una estrecha relación con la función inmunológica.

Durante el descanso nocturno, el sistema parasimpático se activa y facilita la defensa frente a «invasores» del organismo como virus, bacterias o tumores. Es un tema de una enorme importancia, porque una reducción del descanso nocturno hace que las defensas del organismo funcionen peor.

P.- ¿Qué nos dice la neurociencia sobre la importancia de centrarse en el presente?

R.- La mente humana tiene tendencia a moverse en el tiempo. Todos sabemos lo fácil que es en ciertas situaciones, como cuando estamos al volante, pensar en nuestro pasado o en el futuro. Es algo que nos desconcentra y aumenta el riesgo de accidentes. Cuando se activan las redes neuronales «por defecto», las propias de los estados de distracción, hay consecuencias en el sistema inmune, que puede disminuir su actividad hasta en un 18%, lo cual es una barbaridad.

Cuando pensamos en el pasado, la tendencia es centrarnos en aspectos negativos, aunque no sea así en todas las ocasiones. Todas esas emociones negativas activan el sistema nervioso simpático y alteran su funcionamiento.

P.- ¿Es eso a lo que se refiere cuando habla de la dimensión espiritual del ser humano?

R.- Es un aspecto importantísimo. La ira, la angustia o el resentimiento, todo ese tipo de sentimientos, están asociados con la liberación de hormonas que se acoplan a ciertas células. Hay un efecto fisiológico demostrado. Si una persona se encuentra en una situación de estrés constante, se libera en su organismo una gran cantidad de cortisol, que no se produciría en otras circunstancias. El cortisol se une a las células nerviosas y aumentan los niveles de glutamato, un neurotransmisor. Los niveles elevados de cortisol y glutamato hacen que las células del sistema nervioso mueran. Estamos hablando de estados anímicos que llegan a matar neuronas. Los estados afectivos no son etéreos, sino que se manifiestan en el organismo, y por eso hay que intentar no vivir en ellos. Se pueden tener por supuesto momentos de ese tipo, pero no instalarse en ellos.
Lamentablemente, se ha pensado durante mucho tiempo que los procesos mentales y los fisiológicos están separados, pero la salud es un fenómeno integral. Una persona que aparentemente está bien pero padece uno de estos estados, físicamente no está tan bien como parece.

También es una pena que separemos lo que es «lícito» consultar con un médico (ver al traumatólogo por una lesión) y lo que no (las alteraciones de la salud mental aún sufren estigma). El ser humano tiene ambas naturalezas.