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Jornada escolar partida o continuada: qué beneficios tiene en materia de salud mental

Una jornada intensiva afecta más negativamente a los colectivos vulnerables económicamente y a la brecha de género.

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Con el inicio del curso escolar se reabre el debate sobre si la jornada debe ser continuada o partida y las asociaciones de padres, tanto de enseñanza pública como concertada, evidencian grandes discusiones que avalan en muchos casos anteponiendo la salud mental de los escolares.

Pero el sector docente recuerda que también son importantes aspectos como la calidad de la educación y avisan de que sin datos científicos que avalen un mayor o menor rendimiento del alumno, la conciliación familiar debe ser para todos.

Pero, ¿cómo se decide la jornada escolar?
La pandemia y el confinamiento demostraron que los alumnos son capaces de adaptarse a cualquier circunstancia, pero también despertaron el apetito por empezar a cambiar las jornadas escolares partidas de aquellos años 80 hacia horarios continuados.

«Las administraciones educativas, salvo en el caso del País Vasco, deciden dar el poder de decisión de la jornada escolar a los centros educativos», ha señalado el director adjunto de EsadeEcPol y experto en Educación Lucas Gortazar que considera que ante decisiones que suponen un conflicto de intereses debería consensuarse con otras fórmulas.

Por otra parte, Pedro Caballero, dirigente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) incide en que la opinión de los alumnos no cuenta en estos casos y la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), María Capellán, añade que «los alumnos al final son permeables y se adaptan».

Conciliación ¿para quién?

Profesores y padres ponen en el centro del problema el tema de la conciliación, mientras que los expertos señalan que elegir si las jornadas deben empezar a las 8 y terminar a las 15,00 o a las 10,00 y acabar a las 17,00 «es un argumento ajeno al aprendizaje».

El tipo de jornada impacta en la renta de las familias. Así lo señalan los expertos consultados, que consideran que una jornada intensiva afecta más negativamente a los colectivos vulnerables económicamente y a la brecha de género.

Según un informe reciente de ESADE tanto los hombres como las mujeres cuyos hijos se encuentran en jornada matinal presentan unos ingresos menores respecto a aquellos progenitores con hijos en jornada completa. Y dos tercios de la pérdida de ingresos recae sobre las mujeres cuando la jornada escolar es continua.

Actualmente, cerca del 80 % de colegios e institutos de enseñanza pública tienen horarios intensivos y entre un 65 % y 70 % de concertados. Las comunidades que menos colegios con jornada intensiva presentaban son Cataluña, País Vasco y Navarra.

Murcia, Extremadura, Castilla La Mancha, La Rioja y Canarias presentan casi el 100 % de colegios de infantil y primaria con jornada de mañana mientras que en Madrid ronda el 70 % y la tendencia a generalizar este horario la siguen comunidades como Andalucía, Castilla y León, Galicia, Cantabria y Asturias.

Fuera de nuestras fronteras, Alemania, Austria, Reino Unido e Irlanda tienen jornada intensiva, mientras que Francia lidera la jornada escolar partida.

Jornada partida y salud mental

La salud mental de los estudiantes se ha convertido en una preocupación creciente en los últimos años, con informes que sugieren que la ansiedad y el estrés escolar están en aumento. En medio de este debate, surge una pregunta crucial: ¿puede la organización del horario escolar, en particular la jornada de partida, tener un impacto positivo en el bienestar emocional de los estudiantes?

La jornada de partida: una mirada al modelo escolar

La jornada de partida divide el día escolar en dos bloques: uno por la mañana y otro por la tarde, con un largo descanso al mediodía, generalmente de una o dos horas. Durante este intervalo, los estudiantes regresan a casa a comer o, en algunos casos, se quedan en la escuela con actividades supervisadas.

Para algunos, este formato se perfila como una solución que puede aliviar la carga mental de los estudiantes. Pero, ¿realmente puede contribuir a su bienestar emocional?

Uno de los principales beneficios que ofrecen los defensores de la jornada de partida es el tiempo adicional para descansar a la mitad del día. Los expertos en salud mental destacan que los estudiantes, al tener un período largo de descanso, tienen la oportunidad de desconectar de la presión académica, lo que puede reducir niveles.

El formato de la jornada puede ser beneficioso si se ajusta a las necesidades de cada comunidad escolar, priorizando el bienestar mental y emocional de los estudiantes. No se trata sólo de cuántas horas pasan en la escuela, sino de cómo están organizadas esas jornadas.

El reto de los sistemas educativos, entonces, es diseñar horarios que no sólo maximicen el rendimiento académico, sino que también fomenten el bienestar integral de los estudiantes, un factor esencial para su éxito a largo plazo.