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¿Habrá una cuarta ola de coronavirus?

Pero ¿habrá una cuarta ola de coronavirus? ¿Será un continuo de brotes y rebrotes? Muchos especulan, pero nadie lo sabe a ciencia cierta.

Las especulaciones acerca del futuro del coronavirus en el medio y largo plazo son muchas.  Las variables que hay en juego en estos momentos pueden mover el rumbo de la pandemia. Pero este movimiento puede indicar superación o, por el contrario, permanencia y hasta agravamiento de la enfermedad.

La importancia de las vacunas

El panorama internacional es complicado y en estos tiempos se juega la carrera por las vacunas. Una carrera en la que las desigualdades pesan, y en la que el ciudadano común tiene la impresión de que la salud es lo único importante. Y mientras, la gente se sigue enfermando, se empobrece, y muere.

En España los números marcan un rumbo favorable.  La tendencia a la reducción de casos se mantiene en las últimas semanas.  Esta tercera ola parece haberse aplanado y el país ya salió de la cresta. Pero nada es definitivo, la Covid-19 tiene la última palabra por ahora.

¿Llegará la cuarta ola?

Lo único cierto es que la crisis sigue y la pobreza de las naciones aumenta. Todo pequeño paso es un avance que aviva las esperanzas y renueva los impulsos.

Cada país es un mundo en esta crisis. Cada nación intenta sobrellevar lo mejor posible la situación para su pueblo, pero las diferencias de recursos y de situaciones son muy grandes.  Y si bien es cierto que ha habido más muertos en unos países que en otros, nadie se ha salvado de esta catástrofe. Las poblaciones están desmoralizadas, con miedo, y en muchos casos, sin esperanzas.

¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?

En su última conferencia de 2020, la Organización Mundial de la Salud destacó los avances realizados en la lucha contra el coronavirus.  Pero también emitió un alerta a la humanidad.  Es preciso que el mundo se prepare para afrontar cualquier crisis, aún una peor a la que ya estamos viviendo. 

El doctor Mark Ryan, jefe del programa de emergencias de la OMS, reconoció que lo que el mundo ha vivido de la pandemia puede no ser lo peor.  Y en sus palabras advirtió sobre otras enfermedades emergentes que podrían ser aún más graves.

El mundo está aprendiendo cómo moverse en casos extremos, y este aprendizaje será útil para cualquier escenario futuro. Aparezca una cuarta ola u otra epidemia, la humanidad va  haciendo las cosas mejor. La ciencia, la logística, la capacitación, la comunicación, la gobernanza, todas las áreas se han conmocionado. Las estructuras han cambiado y esto ha servido de experiencia para el futuro, sea cual sea.

Las vacunas: una esperanza fundamental en el escenario internacional

Nadie se anima a dar opinión sobre un plazo de permanencia del coronavirus en el mundo.  Tampoco se habla de si se pronostica una cuarta ola o si se puede esperar la recesión definitiva del virus.

Por un lado, las vacunas son la esperanza que da un poco de luz a los gobiernos y a las poblaciones. Con más o menos estimaciones de efectividad, la vacunación ha comenzado a funcionar, aunque a paso muy lento.

La demanda supera mucho a la oferta y son pocos los laboratorios en el mundo que acaparan la producción. Realmente ser dueño de las vacunas hoy es tener el bien más preciado para un negocio: la salud y la vida de los demás.  Los laboratorios han sido centros de inversión de grandes capitales que, además de contribuir a una causa noble, no renuncian al negocio.

En esta dinámica de vacunación lenta, si las vacunas funcionan como se espera, es posible que los números se estanquen, que las curvas de crecimiento de la enfermedad se aplanen. Pero todavía se tardará mucho tiempo en inmunizar a las poblaciones.

En el otro platillo de la balanza las nuevas cepas del virus

La Covid-19 sigue mutando. Nuevas cepas del virus circulan y se encienden alarmas sobre la efectividad de las vacunas y sobre cuánto durará la inmunidad.  Las variantes pueden ser más contagiosa, más letales, o también podrían transformarse en más débiles.

A la identificación de las nuevas cepas y su mayor contagiosidad, se sumó un dato de investigadores ingleses que establece que la variante B.1.1.7. sería entre un 30 y un 70 % más mortal que el virus original.  Esto abre otro debate acerca de qué esperar de las vacunas.

Las principales farmacéuticas están experimentando para saber si sus vacunas podrán contrarrestar los efectos de las nuevas cepas.  En general, confirman que su inmunización protege contra las variantes detectadas hasta la fecha.  Los científicos están de acuerdo en que una mutación no podrá inutilizar por completo una vacuna. Sin embargo, siguen trabajando para conseguir mayores certezas para el futuro.

El riesgo no desaparecerá

El escenario mundial y el español específicamente, muestran que en el corto y medio plazo el riesgo de contagio seguirá siendo muy alto.  En caso de que las medidas de prevención se relajen, hasta es posible que aparezca una cuarta ola, que quizás no sea general sino localizada.

La expansión de los contagios, el ritmo de la vacunación y la efectividad de las vacunas marcarán el ritmo de la enfermedad.  Mientras el Covid-19 marca su rumbo, los científicos deberán mantener estrecha vigilancia de la evolución de las cepas. Y los gobiernos tendrán que estar alertas para disponer las restricciones en caso de que salten las alarmas.