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La gestión de la frustración, la clave para ser feliz, ¿cómo lo hacemos?

Si bien hay diferentes factores que pueden incidir en la felicidad, los investigadores realizan importantes descubrimientos relacionados con la forma en la que responde nuestro cerebro y qué nos hace ser más o menos felices. Recientemente, un hallazgo científico podría explicar por qué quienes lo tienen «todo» a veces no son felices. Y la clave está en la gestión de la frustración.

Según estas pruebas, lo que distingue a una persona feliz de una que no lo es, tiene que ver con la forma en que gestiona sus frustraciones. Los expertos consideran que aquel que puede administrar con tranquilidad sus fracasos tiene más altas probabilidades de ser feliz.

Cómo es la gestión de la frustración

El informe en cuestión, publicado por las universidades estadounidenses de Yale y de Denver y la Universidad Hebrea de Jerusalén, concluye que, saber afrontar los obstáculos es indispensable para sentirnos plenamente realizados con nosotros mismos.

Los especialistas afirman que hay una conexión intrínseca entre la resiliencia ante las dificultades y la sensación de una vida plena. Al parecer, la decepción que causa el ser conscientes de que la felicidad siempre está un paso más allá de nuestras posibilidades resulta desalentadora para la mayoría de las personas. Y eso les lleva a una espiral de desesperanza que les aleja de su bienestar.

De hecho, hay un concepto llamado alta tolerancia a la frustración, o ATF, que se refiere justamente a la capacidad de estar bien aunque las circunstancias que nos rodean no sean del todo buenas. Se trata de una habilidad que no es innata, sino que se va desarrollando conforme se la entrena, al igual que cualquier músculo. Es decir, alguien poco feliz no está condenado a serlo por el resto de su vida.

Recomendaciones para no sentirte frustrado

Si tienes la sensación de que las frustraciones pueden contigo y es complicado pasar de ellas, hay algunos consejos básicos para superarlo y volver a sentirte bien. Si todos los días practicas un poco, llegará el momento en el que sólo situaciones excepcionales te saquen de tu eje. Seguirás siendo sensible a ciertos problemas, pero sobrellevarás mejor las frustraciones diarias.

Debes aprender a reconocer cuando te sientes frustrado. Si es así, no hay por qué negarlo y hacer de cuenta que no pasa nada. Identificando tus capacidades y limitaciones estarás más cerca de poder convivir con las fuentes de la frustración o decepción.

Por otro lado, no te tomes nada personal y ajusta tus estrategias a cómo se van dando las cosas. Es clave amoldarte a los hechos.