¿El estilo de vida en el embarazo afecta al desarrollo motor del niño? Esto dice un estudio

El trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) se define como un deterioro motor que interfiere con las actividades de la vida diaria o el rendimiento académico como se documenta un estudio de ‘Development Medicine & Children Neurology’. 

La prevalencia citada con más frecuencia de TDC es del 5 al 6% en la población general de niños. Se sabe que el sexo masculino y el parto prematuro aumentan el riesgo la patología, como se refiere en el ensayo citado anteriormente, que a su vez se ha relacionado con niveles más bajos de actividad física. 

Por ejemplo, se ha demostrado que el TDC está asociado con la obesidad, los síntomas internalizantes, las dificultades cognitivas y una menor calidad de vida. Y se sabe, además, que el TDC y sus comorbilidades persisten en la edad adulta, lo que representa una carga considerable no solo a nivel individual sino también desde el punto de vista de la sociedad

Ahora llega un nuevo estudio, publicado en ‘Clinical Nutrition’ que demuestra que las decisiones sobre el estilo de vida durante el embarazo tienen efectos de gran alcance en el desarrollo neurológico del niño. El ensayo materno infantil realizado en la Universidad de Turku y el Hospital Universitario de Turku (Finlandia) investigó los efectos a largo plazo de los factores de riesgo maternos en el desarrollo motor del niño a los 5-6 años.

El análisis 

Se evaluó el desempeño motor de los niños, incluidas las habilidades motoras finas y gruesas y el equilibrio, así como un posible trastorno del desarrollo de la coordinación. Todas las madres que participaron en el estudio presentaban sobrepeso u obesidad según el índice de masa corporal (IMC) del embarazo.

Se midió la composición corporal de las madres mediante pletismografía por desplazamiento de aire y se diagnosticó diabetes gestacional mediante una prueba de tolerancia oral a la glucosa. La ingesta dietética durante el embarazo se evaluó mediante un cuestionario sobre el consumo de pescado, y los patrones dietéticos, divididos en dos categorías: saludables y no saludables, se determinaron a partir de diarios de alimentación.

De los niños que participaron en el estudio, el 14% fue diagnosticado con trastorno del desarrollo de la coordinación a los 5-6 años. Esta cifra es casi tres veces mayor que la prevalencia promedio del trastorno en la población infantil general.

«Nuestro estudio es el primero en examinar el trastorno del desarrollo de la coordinación en niños cuyas madres tuvieron sobrepeso u obesidad durante el embarazo», ha afirmado en un comunicado la investigadora doctoral Lotta Saros del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Turku.

Los investigadores también descubrieron que los niños cuyas madres tenían mayor masa grasa corporal o porcentaje de grasa corporal presentaban un mayor riesgo de presentar un trastorno del desarrollo de la coordinación a la edad de 5 a 6 años. Según los investigadores, la medición precisa de la composición corporal demostró esta asociación, mientras que una medición más amplia basada en el índice de masa corporal no la demostró. No se encontró asociación entre la diabetes gestacional y el desarrollo motor.

«Según nuestros hallazgos, parece que una mayor cantidad de grasa corporal durante el embarazo de la madre se refleja en un peor desarrollo motor del niño», ha insistido la Dra. Saros.

Una dieta saludable durante el embarazo 

El estudio también reveló que una dieta materna más saludable al inicio del embarazo se asociaba con un mejor desarrollo motor del niño, especialmente en la motricidad gruesa a los 5-6 años. Se encontró una asociación similar entre el consumo materno de pescado y la motricidad fina y gruesa del niño. Una dieta saludable incluye alimentos versátiles, como verduras, frutas, pan de centeno y pescado, que aportan vitaminas y minerales importantes para el desarrollo infantil. El pescado también es una fuente importante de grasas insaturadas, especialmente ácidos grasos omega-3, necesarios para el desarrollo cerebral fetal.

«Es probable que orientar la orientación sobre nutrición prenatal a las madres que tienen sobrepeso u obesidad antes del embarazo beneficie a las propias madres, por ejemplo, frenando el aumento excesivo de peso durante el embarazo, al tiempo que apoya el futuro desarrollo motor de sus hijos», ha determinado  la profesora Kirsi Laitinen, quien dirige el Grupo de Investigación de Nutrición y Salud Temprana en la Universidad de Turku.