Este virus de la Edad Media está volviendo a resurgir en España: evita estas zonas

Con la llegada del verano y el aumento del movimiento turístico, España enfrenta un repunte en los casos de sarampión. La intensificación de los viajes internacionales, combinada con la relajación de ciertas medidas sanitarias, ha facilitado la reintroducción de esta enfermedad altamente contagiosa, con ese virus de la Edad Media que resurge en España. Los expertos en salud pública alertan sobre la importancia de mantener una vigilancia activa y reforzar la vacunación, especialmente en niños y personas no inmunizadas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «el sarampión es una enfermedad sumamente contagiosa y grave causada por un virus que se transmite por el aire». Este contagio se da a través de las gotitas respiratorias que se expulsan al toser, estornudar o incluso hablar. Una sola persona infectada puede contagiar a entre 12 y 18 personas no inmunizadas. El virus puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que el enfermo haya salido del lugar. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos seca, secreción nasal, dolor de garganta y ojos rojos, seguidos de una erupción cutánea característica que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Aunque no existe un tratamiento específico para el sarampión, los cuidados van centrados en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. La mejor defensa sigue siendo la vacunación.

Las causas y formas de contagio del virus que vuelve a España

El virus del sarampión se propaga principalmente por el aire. Basta con estar cerca de una persona infectada para inhalar las partículas virales. Las principales causas de contagio son:

• Contacto directo con las personas infectadas: a través de saliva, estornudos o tos.
• Aire contaminado: el virus puede permanecer activo en el ambiente durante varias horas.
• Inexistencia de vacunas: las personas no inmunizadas tienen alto riesgo de contagio.
• Haber realizado viajes internacionales: al entrar en contacto con brotes activos en otros países.
• Estar en lugares cerrados o con aglomeraciones: haber estado en  aeropuertos, hospitales o eventos masivos.
• Contacto con niños pequeños o personas inmunodeprimidas: estas personas son más susceptibles a contagiarse y, por lo tanto, a contagiarnos.

Los síntomas del sarampión

Suelen aparecer entre 7 y 14 días después del contagio. Son confundibles con un resfriado común al inicio, pero luego se desarrollan señales características. Entre los principales síntomas del sarampión se encuentran:

• Fiebre alta (mayor de 38,5 °C)
• Tos seca persistente
• Secreción nasal
• Conjuntivitis (ojos rojos y llorosos)
• Manchas blancas en la boca (manchas de Koplik)
• Erupción cutánea roja que inicia en la cara y se extiende por el cuerpo
• Fatiga general y pérdida de apetito
• Dolores musculares o malestar general

Estos síntomas pueden durar entre 7 y 10 días, pero el paciente puede contagiar a otros desde cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición de la erupción.

Los tratamientos para el sarampión

Actualmente no existe un tratamiento antiviral específico que lo cure. El tratamiento es principalmente sintomático, es decir, está enfocado en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Los principales tratamientos recomendados incluyen:

• Guardar reposo absoluto: permite al cuerpo combatir la infección de manera efectiva.
• Ingesta de medicamentos antipiréticos: como el paracetamol o el ibuprofeno, para reducir la fiebre y el malestar.
• Ingesta de antibióticos: solo si aparecen infecciones bacterianas secundarias, como otitis o neumonía.
• Tomar suplementos de vitamina A: especialmente en niños, ya que está comprobado que reduce la severidad del sarampión.
• Higiene nasal y ocular: para aliviar los síntomas de la conjuntivitis y la congestión.
• Evitar la exposición a la luz intensa: especialmente si hay molestias oculares.
• Ingerir abundantes líquidos: con el fin de evitar la deshidratación.

Algunas recomendaciones para prevenir el sarampión

La prevención es clave para evitar nuevos brotes, especialmente en entornos con alta densidad de personas, como ciudades turísticas. Las principales medidas preventivas son:

Vacunación con la triple vírica (SRP): protege contra sarampión, rubéola y paperas. Se recomienda dos dosis: la primera a los 12 meses de edad y la segunda entre los 3 y 4 años.

Evitar el contacto con personas infectadas o con síntomas sospechosos.

Consultar el calendario de vacunación en caso de dudas, especialmente antes de viajar.

Uso de mascarilla en lugares cerrados o concurridos, especialmente si hay brotes activos.

Lavado frecuente de manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico.

Ventilación frecuente de lugares cerrados.

Consejos adicionales para protegerse y proteger a otros

Además de las recomendaciones básicas de prevención, existen otras medidas que pueden ayudar a reducir la propagación del virus:

Informar a las autoridades sanitarias si se detecta un caso confirmado, para realizar el rastreo de contactos.

No llevar a niños enfermos a guarderías o la escuela, hasta que estén completamente recuperados.

Educar a la comunidad sobre la importancia de la vacunación

Revisar el calendario de vacunas de toda la familia, especialmente si hay personas mayores o con enfermedades crónicas.

Evitar la automedicación y consultar al médico ante síntomas sospechosos.

Mantener un entorno limpio y desinfectado, especialmente en hogares con niños pequeños.