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La enfermedad de pian: qué es y cuáles son sus causas

A pesar de que prácticamente todos los días aparece una nueva patología que amenaza a los seres humanos en mayor o menor medida, eso no significa que nuestra especie no haya hecho grandes avances respecto de la erradicación de ciertas afecciones. Además de explicarte qué es la enfermedad de pian, es interesante saber por qué podría controlarse completamente en breve.

Al igual que la malaria o la poliomielitis, se trata de una de esas enfermedades que llegaron a afectar a millones de personas. Afortunadamente, la frambuesía -como también se la conoce- hoy representa un pequeño porcentaje del peligro que supuso.

¿Qué es el pian? ¿Cuáles son sus causas?

Se trata de una enfermedad causada por la infección de la bacteria Treponema pallidum pertenue, del filo de las espiroquetas. Familiar de otras patologías como la sífilis, es considerada una afección de zonas en las que predomina la pobreza. Principalmente ataca la piel, los huesos y las articulaciones. Es transmitida por el contacto directo con el cuerpo del contagiado.

A pesar de que la mortalidad de la enfermedad de pian es relativamente baja, si no se trata a tiempo podría complicarse. Lamentablemente, hay casos sin recursos a los que les ha provocado desfiguraciones en su cara y cuerpo.

¿Cuáles son los síntomas?

Detectar la patología no es difícil. Al menos no en los países en los que están acostumbrados a convivir con ella. La afección produce inicialmente la aparición de lesiones en la piel, rápidamente identificables porque se parecen a los papilomas. Transcurridos algunos días, esas lesiones se ulceran y dan la impresión de estar curándose.

Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Solamente están entrando en un período de latencia para volver con más fuerza. Por eso es fundamental el tratamiento.

De no tratarse preventivamente, la enfermedad genera unas lesiones más graves, de color amarillento, que suelen tomar todo el cuerpo y hacen doler los huesos largos de los brazos y las piernas. Estos tienden a inflamarse y desfigurarse. Generalmente, los daños más severos se dan en los niños que aún están desarrollando sus huesos y cartílagos.

¿Cuál es su prevalencia actual?

La frambuesía supo afectar a millones de individuos cada año. No obstante, en la actualidad hay menos de 100.000 casos anuales. Estos, especialmente en las comunidades empobrecidas de países tropicales de Asia, África y América.

Las elevadas temperaturas favorecen la transmisión del virus que hasta en un 80% de los registros ataca a menos de 15 años. Los niños, inconscientes de este riesgo y más revoltosos que los mayores, son los más propensos a dispersar el virus en sus poblaciones.

Las lesiones de la piel son extremadamente infecciosas, y basta un mínimo acercamiento para que la bacteria pase de un cuerpo directamente hacia el otro. La falta de higiene, de agua potable y de infraestructura de saneamiento facilitan su propagación. Eso explica por qué las naciones nombradas son las más afectadas por esta patología. Aún así, se ha avanzado mucho y debería erradicarse la enfermedad de pian más temprano que tarde. Las mejoras en la calidad de vida son de vital importancia.

¿Cómo se puede prevenir el pian?

La única prevención posible es la higiene. El diagnóstico y el tratamiento son indudablemente los mejores aliados contra la afección. Curar las heridas tan pronto como sean descubiertas, y evitar el contacto con ellas es esencial para evitar que siga propagándose.

Luego, en las poblaciones con una prevalencia mayor del 10% los tratamientos individuales deberían escalar a comunitarios.

¿En qué consisten las terapias contra la enfermedad de pian?

El tratamiento típico se basa en suministrar una sola dosis oral de azitromicina, un antibiótico que se comercializa en farmacias aunque no siempre está disponible en estos países. Contar con dosis suficientes puede ser un desafío para las autoridades.

De hecho, muchos expertos aseguran que si se destinara el dinero que se requiere, la patología podría estar erradicada hace tiempo. Pero es necesario alcanzar acuerdos entre organizaciones y líderes gubernamentales y eso se retrasa más de lo que debería. Incluso cuando podría decirse que la vida de miles de personas depende de su celeridad para la distribución de dosis.

El precio de cada dosis se calcula en torno a los 4,50 euros. por lo que la cantidad que hace falta para erradicarla es muy menor en comparación con lo que se ha destinado a la lucha contra el coronavirus. Indudablemente, que sean naciones tropicales pobres las que están más afectadas por la propagación de las bacterias no hace más que jugar en contra de su erradicación definitiva. Igual, desde la OMS contemplan que todas las naciones del planeta estén libres de la enfermedad de pian para el año 2030. O antes.

Quizás en unos años podamos afirmar orgullosos que ésta es otra de las patologías erradicadas por los seres humanos.