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Ecografía de bolsillo: la técnica que acorta estancias hospitalarias y mejora el diagnóstico respiratorio

Los autores reconocen, las limitaciones de este trabajo realizado en un único centro y apoyado en ecografistas y cardiólogo

Los resultados de un estudio clínico de la Universidad de Rutgers y RWJBarnabas Health (Estados Unidos) indican que, en pacientes hospitalizados con dificultad para respirar, el diagnóstico inicial con ecógrafos portátiles ofrece claras ventajas frente al uso tradicional del estetoscopio.

La investigación, publicada en JAMA Network Open, mostró que esta tecnología permite obtener diagnósticos más precisos, reducir la duración de las estancias hospitalarias y recortar de forma significativa los costes. No obstante, los autores subrayan que su implementación requiere formación adicional e integración en la práctica clínica diaria.

«El estudio demuestra claramente que el ultrasonido es una herramienta diagnóstica superior, incluso para profesionales habituados al estetoscopio que reciben solo unas pocas horas de capacitación», explica el autor principal, Partho Sengupta, jefe de Cardiología en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers y miembro del Grupo Médico RWJBarnabas Health.

El ensayo incluyó a 208 pacientes ingresados por disnea en el Hospital Universitario Robert Wood Johnson de New Brunswick. La mitad fue evaluada con dispositivos de ultrasonido portátiles conectados a teléfonos inteligentes, mientras que el resto recibió el diagnóstico mediante los estándares habituales.

Los resultados fueron contundentes: el uso inicial de la ecografía redujo la estancia media de 11,9 a 8,3 días. En total, se ahorraron 246 días-cama y unos 751.000 dólares (643.140 euros) en costes directos, sin diferencias en la tasa de reingresos a 30 días.

«La explicación es sencilla: la ecografía aporta información más concreta y rápida sobre lo que ocurre», señala Sengupta. «Si un médico detecta líquido en los pulmones, insuficiencia cardíaca o rigidez en la vena cava inferior en cuestión de minutos, puede orientar el tratamiento antes o descartar causas cardiopulmonares para buscar otras».

Para facilitar su uso, el protocolo se limitó a unas pocas vistas cardíacas y un barrido pulmonar de seis zonas, diseñados para ofrecer resultados rápidos y binarios (congestión sí o no, función sistólica reducida sí o no).

Los médicos participantes recibieron varias horas de formación para poder realizar e interpretar exploraciones en apenas 10 a 15 minutos. Sin embargo, la mayoría optó por delegar los exámenes en ecografistas y las interpretaciones en cardiólogos. Solo en el 20% de los casos el diagnóstico fue realizado directamente por un médico hospitalario. Según Sengupta, la presión asistencial y la falta de incentivos dificultan incorporar un procedimiento adicional, aunque sea breve.

Cambios terapéuticos

«Aunque la sonda de ultrasonido cabe en un bolsillo y se conecta a un teléfono, su uso clínico sigue siendo irregular. Este estudio superó esas barreras gracias a un marco multidisciplinar», añade el investigador.

En aproximadamente un tercio de los casos, los hallazgos ecográficos llevaron a nuevos diagnósticos o cambios terapéuticos. Los pacientes con estancias más largas fueron los que más se beneficiaron, lo que sugiere que la ecografía puede ser especialmente útil en los cuadros más complejos.

Los autores reconocen, no obstante, las limitaciones de este trabajo realizado en un único centro y apoyado en ecografistas y cardiólogos. Será necesario validar los resultados en estudios multicéntricos para confirmar los beneficios en costes y duración de hospitalización, así como diseñar estrategias que faciliten su adopción generalizada.