Dr. Salvador Navarro: «Los cirujanos debemos ser parte activa en la planificación del tratamiento»

"La inteligencia artificial y la robótica no sólo representan el futuro, sino que ya están transformando la cirugía en el presente"

Dr. Salvador Navarro: «Los cirujanos debemos ser parte activa en la planificación del tratamiento»
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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La Asociación Española de Cirujanos es una organización científica y profesional que reúne a todos los cirujanos de España con el propósito de promover el desarrollo, la formación continua y la excelencia en la práctica de la cirugía. Sus principales actividades incluyen la formación y actualización profesional, la investigación quirúrgica, avanzando en técnicas, procedimientos y tecnologías quirúrgicas; realiza publicaciones científicas, guías clínicas o la defensa profesional, entre otras.

La AEC es reconocida como una referencia en el ámbito quirúrgico y juega un papel crucial en la mejora de la calidad de los servicios quirúrgicos y en la promoción del bienestar de los pacientes.

En OKSALUD, hablamos sobre cirugía y avances en este campo, con el doctor Salvador Navarro, decano y catedrático del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), así como jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Universitario Parc Taulí y actualmente, presidente de la Asociación Española de Cirujanos.

Pregunta. -Ha sido elegido recientemente presidente de la Asociación Española de Cirujanos en un ejercicio donde tiene por delante, entre otras casas, elevar los estándares de la cirugía en nuestro país. ¿Cómo ve este nuevo periodo?

Respuesta.-Para mí, ser elegido presidente de la Asociación Española de Cirujanos es, sin duda, un gran honor y una enorme responsabilidad. Representar a todas las cirujanas y cirujanos de España conlleva no solo el orgullo de ser portavoz de un colectivo tan destacado y esencial en el ámbito de la salud, sino también el compromiso de trabajar en favor de sus intereses y del progreso de nuestra profesión. Este cargo exige dedicación, visión estratégica y la capacidad de promover avances que beneficien tanto a los profesionales como a los pacientes. Es una oportunidad para fortalecer nuestra comunidad, fomentar la innovación y elevar los estándares de la cirugía en nuestro país.

P.-¿Por qué ha fijado en este mandato un trabajo dividido en ejes tan destacados como la investigación y la formación?

R.- Sin duda, trabajar en ejes como la investigación y la formación es fundamental para nuestra sociedad médico científica porque son los pilares fundamentales sobre los que se debe vertebrar cualquier actividad médica. Por un lado, la investigación es clave para avanzar en el conocimiento, desarrollar nuevas técnicas quirúrgicas y mejorar los tratamientos, permitiéndonos ofrecer una atención cada vez más efectiva y personalizada a los pacientes. Por otro lado, la formación asegura que las nuevas generaciones de cirujanos estén preparadas para afrontar los retos de una disciplina en constante evolución. Además, fomenta el aprendizaje continuo entre los profesionales, garantizando que nuestra práctica se mantenga actualizada y de la más alta calidad. Ambos aspectos son esenciales para seguir mejorando la medicina y, en última instancia, el bienestar de las personas.

P.- La inteligencia artificial y la robótica son el futuro y pretenden transformar la cirugía, ¿cómo ve estos cambios?

R.- La inteligencia artificial y la robótica no sólo representan el futuro, sino que ya están transformando la cirugía en el presente. Estos avances tecnológicos están revolucionando nuestra forma de trabajar, ofreciendo herramientas más precisas, eficientes y personalizadas.

La cirugía no puede mantenerse ajena a estos cambios, ya que tienen el potencial de mejorar significativamente los resultados clínicos. Sin embargo, como hemos reiterado en muchas ocasiones, la implementación de estas tecnologías debe realizarse con el máximo rigor, asegurando que se mantenga la calidad de los resultados y, lo más importante, la seguridad de los pacientes. La integración de estas innovaciones debe ir acompañada de una adecuada formación para los cirujanos, una evaluación constante de los  beneficios y riesgos, y un compromiso ético que garantice su uso en beneficio de la salud y el bienestar de las personas.

P.-Algunos estudiantes consideran que las universidades no están ofreciendo una formación adecuada para adaptarse a los avances en inteligencia artificial. Como catedrático, ¿comparte usted esta percepción? ¿Cree que la formación actual es insuficiente?

R.- Es cierto que la inteligencia artificial está transformando profundamente diversos ámbitos, incluida la medicina, y las universidades deben adaptarse a esta realidad para preparar adecuadamente a las nuevas generaciones. Los programas docentes deben evolucionar para incluir formación específica sobre el uso, las aplicaciones y las implicaciones éticas de la inteligencia artificial en nuestra profesión.

En el caso de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en la que trabajo, ya hemos dado pasos en esta dirección. Actualmente, contamos con créditos docentes troncales que incluyen conocimientos sobre inteligencia artificial, asegurándonos de que los estudiantes adquieran una base inicial estas tecnologías. Sin embargo, siempre hay margen para seguir mejorando y actualizando los contenidos en función de los rápidos avances en este campo. Creo firmemente que una formación adecuada no sólo debe abordar el aspecto técnico, sino también capacitar a los futuros profesionales para integrar estas herramientas de forma responsable y centrada en el beneficio de los pacientes.

P.-¿Qué papel juega el cirujano en la planificación de tratamientos basados en nuevos fármacos modernos?

R.- Siempre que la cirugía tenga un papel en el tratamiento, debemos ser parte activa de la planificación. La llegada de nuevos fármacos modernos nos obliga a colaborar estrechamente con otros especialistas para integrar estos avances de manera eficaz y garantizar los mejores resultados para el paciente.

P.- ¿Cree que el papel del cirujano se está redefiniendo con el avance de terapias no quirúrgicas en el tratamiento del cáncer?

R.- A medida que se desarrollan terapias no quirúrgicas para el tratamiento del cáncer, validadas científicamente y con resultados iguales o superiores a los de la cirugía, es lógico que el papel del cirujano evolucione, pasando a ser secundario en esos casos específicos. No obstante, estas alternativas aún son relativamente infrecuentes, y la cirugía sigue desempeñando un rol central en la mayoría de los tratamientos oncológicos. En cualquier escenario, el cirujano sigue siendo una figura clave en la planificación y ejecución de los tratamientos más adecuados para cada paciente.

P.-Uno de los principales desafíos tras una cirugía es manejar las complicaciones del postoperatorio. ¿Cree que el desarrollo de antibióticos modernos ha mejorado significativamente la capacidad de tratar?

R.- Si bien los antibióticos modernos han mejorado considerablemente nuestra capacidad para tratar las complicaciones infecciosas en cirugía, la verdadera clave sigue siendo el diagnóstico temprano y preciso de cualquier complicación. Identificarla cuanto antes permite aplicar el tratamiento más adecuado y eficaz, lo que aumenta significativamente las probabilidades de una recuperación exitosa. No obstante, para lograr un diagnóstico rápido y certero, es esencial contar con un conocimiento profundo de las bases fisiopatológicas de la cirugía. Este conocimiento permite a los cirujanos reconocer los primeros signos de complicaciones y actuar con rapidez, asegurando así que el tratamiento aplicado sea el más oportuno y adecuado para cada situación.

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