¿A qué se deben los malos días?
Los malos días suelen aparecer solos. Por lo general vienen originados por unos hábitos poco saludables o por actos que realizamos de manera inconsciente. En más de una ocasión te habrás preguntado a qué se deben los malos días. En este artículo te vamos a mostrar los hábitos que provocan esas jornadas para olvidar y como deberías suprimirlos de tu rutina.
-Sensación de sueño permanente: más que del madrugón se podría pensar que el problema reside en las pocas horas que has dormido de noche. Intentas remediar esa sensación de sueño y cansancio a base de café. Todo el mundo es consciente de lo importante que resulta descansar durante al menos siete horas por la noche, pero nadie consigue llevarlo a la práctica. Por lo general se acuestan muy tarde y se levantan demasiado pronto.
Bebidas como el té o el café y los aparatos electrónicos que empleamos antes de meternos en la cama, como los móviles, ordenadores o tabletas también influyen en el descanso nocturno al interferir en el ritmo circadiano. Para conseguir dormir mejor se recomienda hacer ejercicio físico a diario, mantener un horario de sueño regular, apagar los aparatos electrónicos, contar con un colchón cómodo y mantener en el cuarto una temperatura adecuada.
-Pesadez de estómago: el malestar del estómago suele originarse a consecuencia de los medicamentos, bebidas con gas, café y los alimentos que se consumen. Es un problema al que se enfrentan casi a diario. Si es preciso no dudes en acudir a tu médico y ten a mano algún fármaco que te alivie.
Antes de acudir al trabajo o de conducir no se aconsejan las comidas demasiado copiosas. Notarás como tu estómago se llena y te entrarán más ganas de dormir. Fuera de casa intenta alimentarte de una manera más ligera.
-Infelicidad: para algunas personas la sensación de dedicar su vida únicamente a dormir y trabajar resulta bastante desagradable. En gran parte, eso viene motivado por la falta de ejercicio o de una actividad de ocio que consiguiese mantenerlos entretenidos y relajados. De lo contrario no se quitarían nunca el estrés del trabajo de la cabeza. Esa infelicidad puede llegar a derivarse en enfermedades como la depresión.
No dudes en reservar todos los días unos minutos para aquello que tanto te agrade, ya sea acudir al gimnasio, correr, reunirte con los amigos o escuchar música. Con un poco de organización serás capaz de realizar todo lo que te propongas.
-Cansancio extremo: se consiguen liberar las endorfinas de la felicidad a través del ejercicio físico. Son las sustancias que segrega el organismo de manera neutral y que influyen en el estado de ánimo. En el caso de los aficionados al running es lo que provoca que a diario tengan que salir a entrenar y el día que no pueden se sienta mal. Esa búsqueda de bienestar y de conseguir los objetivos puede provocar que pongamos al límite al cuerpo. Esto unido a una alimentación desequilibrada, pasar muchas horas fuera de casa y el consumo excesivo de azúcar hará que pasemos un mal día.
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