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¿Conoces la enfermedad de Huntington?

Existen enfermedades que no las vemos en el día a día, pero que se pueden producir. Un ejemplo es la llamada enfermedad de Huntington.

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  • Francisco María
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La enfermedad de Huntington (EH), también conocida vulgarmente como el mal de San Vito, es un trastorno neurodegenerativo progresivo caracterizado por el desgaste crónico de las neuronas, lo que está relacionado con una disfunción en los ganglios basales. Puede surgir a partir de los 30 años, aunque hay registro de casos de Huntington juvenil (EHJ) cuando el paciente alcanza los 20 años. No existe cura aún y su tratamiento solo logrará calmar algunos síntomas sin detenerla o desacelerarla.

Síntomas de la enfermedad de Huntington

El paciente tendrá movimientos espontáneos y descontrolados, alteración de los pensamientos y de las funciones cognitivas y psiquiátricas. La aparición de los primeros síntomas está relacionada con el factor genético. Existe hasta un 50 % de probabilidades cuando uno de los padres la posee, aunque no se puede predecir cuándo surgirán.

En el caso de las causas adquiridas, estas pueden ser enfermedades autoinmunes, como lupus, VIH; también patologías como: tuberculosis, hipertiroidismo o hiperglucemia.

Los primeros síntomas de una persona con la enfermedad de Huntington suelen ser los siguientes:

Los trastornos motores de la enfermedad de Huntington aparecen de forma sutil, hasta que se convierten en espasmos excesivos, arrítmicos, con cambios de velocidad y abruptos. Los síntomas varían con cada paciente, puede haber problemas con las funciones musculares, movimientos oculares alterados, perdida de las habilidades para comunicarse o deglutir.

El posible riesgo de episodios de epilepsia

En cambio, los pacientes con EHJ tienen mayores posibilidades de desarrollar episodios epilépticos. Los casos de demencia son más altos y suelen tener mayor impacto los síntomas sobre los estados emocionales, como la depresión o ansiedad.

Si se trata de los trastornos cognitivos, algunos de los síntomas radican en la dificultad para organizar las tareas, una insistente perseverancia sin ánimos de ser flexibles consigo mismos, impulsos descontrolados, pérdida de la conciencia sobre las conductas propias, pensamientos lentos y sin capacidad para aprender nuevas cosas.

Con respecto a los trastornos psiquiátricos, los síntomas están relacionados con una lesión cerebral, que termina generando trastornos psicóticos, sobre todo en pacientes jóvenes. Aislamiento social, tristeza, apatía, insomnio, irritabilidad, poca energía, pensamientos sobre la muerte.

Generalmente los pacientes se enfrentan a la frustración cuando reciben el diagnóstico. Los avances en la ciencia son una puerta abierta para lograr que más familias puedan mejorar su calidad de vida.

La medicina moderna trabaja en la búsqueda constante de métodos para enlentecer la enfermedad o retrasar que ocurra. Esto es una esperanza y una invitación a no rendirse mientras se encuentra un mejor tratamiento.