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Los casos de dermatitis atópica en niños han aumentado un 20% en las últimas tres décadas

El 50% de los casos de dermatitis atópica se diagnostica durante el primer año de vida. En el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica, que se celebra cada 14 de septiembre, los expertos llaman la atención sobre su evolución en los últimos años, ya que su incidencia ha aumentado entre 2 y 3 veces durante las últimas tres décadas. En la actualidad, hasta un 20% de  los niños presenta dermatitis atópica, lo que causa un gran impacto en su calidad de vida y en la de sus familias.

La dermatitis atópica (DA) es un proceso inflamatorio de la piel caracterizado por intenso prurito y piel seca, que presenta una evolución crónica y cursa en forma de brotes. Se puede presentar en personas de todas las edades, pero es mucho más frecuente en niños. De hecho, se trata de la enfermedad crónica de la piel más frecuente de la infancia.

En palabras de la Dra. Celia Pinto Fernández, Alergóloga Pediátrica en el Hospital Ruber Internacional (Madrid) y fundadora del Proyecto ALPEDIA especializado en el diagnóstico y tratamiento de la alergia alimentaria infantil: “El aumento de casos es multifactorial. Entre las posibles causas, podemos destacar la exposición ambiental alergénica, así como los factores psicosociales que han modificado nuestro estilo de vida (aumento de la edad materna, aumento de partos por cesárea, cambio en la alimentación) y la alteración de la microbiota o disbiosis secundaria a todos estos factores, ya que la microbiota participa activamente en la educación del sistema
inmunológico”.

¿Puede la DA asociarse con una alergia alimentaria?

En los niños atópicos (predispuestos a desarrollar patologías alérgicas), la  DA puede actuar como vía de sensibilización primaria tanto de alérgenos alimentarios (leche, huevo, frutos secos, etc.) como ambientales (ácaros del polvo doméstico). En los casos de alergia alimentaria, su manejo de forma proactiva se presenta como una alternativa terapéutica moderna frente al enfoque tradicional o conservador basado en la evitación o dieta exenta de los alimentos. Este abordaje promueve la introducción precoz de los alimentos en el lactante aprovechando el “periodo ventana de tolerancia o  de oportunidad”, la realización de tratamientos inmunoterápicos con alimentos de forma precoz en las alergias alimentarias mediadas por IgE y el uso de prebióticos y probióticos para restaurar la microbiota intestinal en el niño alérgico que no puede ser alimentado con lactancia materna.

La Dra. Pinto explica que “muchos niños toleran y comen los alimentos a los que están sensibilizados, por lo que en estos últimos no estará indicado retirar ningún alimento de la dieta, a no ser que exista una alta sospecha de exacerbación de la dermatitis en relación con la ingesta de alguno de ellos, y los brotes sean de intensidad moderada y grave”. Además, la experta incide en que “se debe ser muy cauto a la hora de decidir retirar la leche en los casos en que se confirme sensibilización a las proteínas de la leche de vaca, realizando siempre una prueba de exclusión-provocación durante un período de 1 a 2 semanas para confirmar la sospecha clínica, siendo importante en aquellos en los que se confirme, su reintroducción en cuanto sea posible, según la respuesta y evolución del niño, con el fin de evitar que deje de tolerarla”.

En el día a día de los equipos de alergología pediátrica que manejan la alergia de forma activa, “el uso de probióticos o simbióticos durante los tratamientos de ITO (tratamientos inmunoterápicos orales) ha resultado beneficiosa en muchos de los pacientes, de manera que la administración de una fórmula extensamente hidrolizada (FEH) suplementada con simbióticos tanto antes, como durante el proceso de ITO con leche de vaca, podría actuar de forma sinérgica en el proceso. Mi Equipo Alpedia y yo llevamos años empleando simbióticos durante los tratamientos de inmunoterapia oral con alimentos y hemos observado buenos resultados”, señala la experta.

Últimas investigaciones en el manejo nutricional del lactante con DAl. La microbiota cobra un papel de gran relevancia en los primeros años de vida del lactante, ya que de su equilibrio dependerá el desarrollo y la madurez del sistema inmunológico. “Existen estudios (Assign y Presto) han demostrado que los lactantes con APLV con disbiosis intestinal (desequilibrio en la composición de la microbiota) y, por tanto, predispone a estos pequeños al desarrollo de dermatitis atópica, con los consecuentes efectos perjudiciales que puede llegar a tener para la salud del niño a corto y largo plazo. Para tratar estos casos, la modulación de la microbiota a través de la intervención terapéutica con simbióticos podría considerarse un paso más allá, un nuevo paradigma en el avance en el manejo y tratamiento de la APLV”, explica la Dra. Pinto.

Recientes investigaciones desarrolladas por la división de Nutrición Especializada de Danone han revelado la eficacia de las fórmulas extensamente hidrolizadas (FEH) de seroproteínas suplementadas con simbióticos en la disminución de dermatitis atópica en lactantes con alergia a la proteína de leche de vaca (APLV). Asimismo, se ha visto que reducen la sintomatología atópica (rinitis y prurito ocular), mejoran significativamente los síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, cólicos del lactante, estreñimiento), lo cual supone una mejora en el crecimiento del bebé y en la calidad de vida de sus padres. Por último, el estudio evidenció una mejoría de la calidad de vida de los cuidadores y una disminución de las visitas al hospital en los 6 meses posteriores al inicio del estudio, con implicaciones potencialmente importantes para la salud y la economía.

El simbiótico empleado contenía una mezcla exclusiva de oligosacáridos prebióticos en forma de galacto- oligosacáridos de cadena corta (scGOS) y fructo-oligosacáridos de cadena larga (lcFOS) en una proporción 9:1, tomando como referencia los oligosacáridos naturalmente contenidos en la leche humana conocidos como HMOs por sus siglas en inglés; y el probiótico Bifidobacterium breve M-16V. Esta combinación de simbióticos ha sido ampliamente evaluada en cuanto a su hipoalergenicidad, seguridad y crecimiento en múltiples ensayos clínicos