Los beneficios de la natación para bebés
En más de una ocasión hemos escuchado que la natación es el deporte más completo. Para quitarnos los miedos del agua, también resulta frecuente que se empiece en la práctica de esta disciplina a una edad cada vez más temprana. En este artículo te mostramos los beneficios de la natación para bebés. Hay que mostrarles desde bien pequeños las bondades del agua, ya que de esa manera aumentará su seguridad a la hora del baño.
La matronatación se puede practicar desde los primeros meses de vida, aunque lo más adecuado es esperar hasta el cuarto mes, que es cuando acaba de madurar el sistema inmunológico de la criatura y las posibilidades de sufrir infecciones o resfriados se reducen bastante. Al ser tan pequeños resulta prácticamente imposible que aprendan a nadar como lo puede hacer un adulto, sobre todo porque no han desarrollado sus capacidades físicas, pero a través de esta disciplina conseguirá divertirse y relajarse al tiempo que crece su autónomía en el medio acuático.
Algunos beneficios de la natación para bebés
Está demostrado, como así lo avalan distintos estudios, que la natación en los dos primeros años de vida permite a los bebés desarrollar una percepción del mundo que les rodea, por lo que aprenderán a ser más observadores y creativos.
Se produce un mayor desarrollo psicomotor de los niños, sobre todo porque comienzan a comprender los conceptos de distancia y desplazamiento, al tiempo que ejercitan los movimientos. Su sistema cardiorrespiratorio también conseguirá fortalecer el sistema cardiorrespiratorio, ya que al nadar se estará ejercitando el corazón y la oxigenación de los pulmones.
Más seguro de si mismo
Habrá un componente psicológico que también le resultará muy interesante a los bebés, y es que aprenderán a sentirse más seguros, socializando con otros niños en un ambiente lleno de gente. Acabarán creándose una sensación de relajación cuando se acostumbren a ello.
Se creará además un vínculo mucho más estrecho con los padres, sobre todo porque compartirá con ellos situaciones muy profundas y ricas.
A la hora de elegir piscina
Una vez que tengamos claro que deseamos llevar a natación a nuestro bebé, hay que elegir la piscina adecuada, que nos ofrezca una serie de garantías y de prestaciones. La temperatura del agua no debe estar nunca por debajo de los 32ºC y el nivel de coloración debe rondar en torno al 0,5%. Para evitar infecciones procura que el agua se encuentre bien tratada.
Para que ellos se encuentren lo más cómodos posible es preciso que el entorno también acompañe. Busca una instalación que cuente con colchonetas, juguetes, pelotas, música y un ambiente adecuado para que el pequeño disfrute en todo momento y no sufra por la actividad.
No sólo nos fijaremos en la zona de la piscina, ya que también deberías valorar que los vestuarios estuviesen perfectamente acondicionados, cumpliendo una serie de normas de limpieza. Procura que esté lo más próximo posible a la zona de baño para que los bebés no cojan frío durante el trayecto que les lleve del agua al vestuario.
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