Así nos afecta psicológicamente el equinoccio de primavera
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Si eres un amante del verano probablemente hayas estado esperando con ansias que la primavera comience al fin y, para que eso pase, debemos atravesar el equinoccio que caracteriza a esta estación. Un evento que, aunque la mayoría no lo sepa, puede incidir en nuestro ánimo. Veamos cómo nos afecta psicológicamente el equinocco de primavera.
Esto se debe a un fenómeno que la ciencia ha estudiado mucho en los últimos tiempos, relacionado con la huella que deja en los seres humanos el paso de una época del año a otra, y que es descrito en los estudios de los profesionales como “TAE”, o “trastorno afectivo estacional”. Pero, ¿de qué se trata?
De esta manera afecta psicológicamente el equinocco de primavera
En principio, el TAE trae una serie de síntomas que se asocian al cambio de estación. Síntomas como una sensación de mayor agotamiento, alteraciones en el sueño, y otros que dependerán de cada uno, pero que suelen repetirse en la mayoría de ellos.
La respuesta a la pregunta sobre estas circunstancias está en la ubicación de la Tierra y cómo queda alineado el sol con el Ecuador, dando lugar a nueva distribución de la luz y el calor según el hemisferio que se habite, y que continuará así hasta el solsticio de verano, en junio.
El cambio de hora, una modificación adicional
En el caso de España, además, el equinoccio de primavera no viene sólo sino acompañado del tan comentado cambio de hora, que se producirá este sábado 26 de marzo al domingo 27, cuando adelantaremos los relojes sesenta minutos, y las dos de la mañana serán entonces las tres.
Numerosos especialistas advierten que el cuerpo necesita unos días para acostumbrarse a esa hora “perdida”, lo mismo que en otoño, cuando el organismo demanda un período de adaptación a la hora “ganada”. Es decir, la influencia del equinoccio es mayor allí donde hay un cambio de horario.
Como los ciclos circadianos que controlan el metabolismo y su funcionamiento se ven alcanzados por factores diversos, entre ellos la luz solar, la temperatura y hasta la alimentación, es muy común que esta alteración del curso de las cosas dé como resultado un desequilibrio en la rutina.
El papel de la genética
Por otro lado, hay expertos que han demostrado que la genética de cada ser humano juega un papel fundamental en el desorden de sus ciclos circadianos.
Básicamente, sus informes indican que las personas madrugadoras se adaptan a la nueva realidad más rápido que quienes tienen tendencia a mantenerse despiertos hasta altas horas de la noche.
Así que, ya sabes, madrugar durante estos días podría ayudarte a superar el equinoccio de primavera.
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