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Algo no haces bien: los errores de tu entrenamiento aeróbico

Si hace tiempo que practicas yoga o vas al gimnasio, pero no acabas de ver resultados en tus metas, entonces deberías incluir a tu rutina diversos ejercicios aeróbicos a las actividades físicas. Salir a correr y andar en bicicleta son sólo dos de las alternativas que te ayudarán a bajar de peso y prevenir enfermedades relacionadas con el corazón. Eso sí, siempre y cuando no cometas grandes errores en tu entrenamiento aeróbico.

Los profesionales insisten en que seamos muy cuidadosos cuando entrenemos aeróbicamente, porque corremos ciertos riesgos como lesionarnos, exigirnos más de lo que deberíamos o adoptar malas posturas que, con el tiempo, acaben volviéndose crónicas.

Los errores de tu entrenamiento aeróbico

Los ejercicios de resistencia son aquellos que implican la intervención de grupos musculares variados. Son actividades que se realizan largos minutos, aumentando la demanda de oxígeno de los pulmones. Y, de ahí, «aeróbicos». Tanto el corazón como los pulmones trabajan, ya que deben enviarle suficiente oxígeno a los grupos musculares.

De intensidad media a alta, este entrenamiento es clave para adelgazar porque, transcurridos unos minutos, el metabolismo empieza a quemar las grasas que acumula como reservas. Una vez que ha consumido la energía de los alimentos ingeridos recientemente, comienza a deshacerse de la grasa del abdomen y otras partes del cuerpo. Mejora la capacidad respiratoria y cardiovascular naturalmente, acelerando el organismo y propiciando la quema de calorías incluso si estamos en un reposo absoluto.

El aeróbico, siempre con precaución

Hay errores con los que debes ser cuidadoso, sobre todo si llevas varios años sin entrenar en este tema y vas a hacerlo por primera vez.

No calentar adecuadamente

El principal error es no calentar de forma adecuada y sí, hay muchos deportistas que tampoco lo hacen bien. Tienes que calentar los músculos antes de entrenar, especialmente en los días fríos para reducir la probabilidad de sufrir lesiones. Dedica unos 5 a 10 minutos a un calentamiento moderado. Bastará con que camines rápido, saltes suavemente, etc.

Revisa las posturas

Si no has entrenado durante tu juventud y te estás lanzando a ello como adulto, hay algunas técnicas y posturas que podrías estar llevando a cabo de modo incorrecto. Un buen indicio de ello es sentir dolor o entumecimiento en distintas zonas del cuerpo. Puedes pedir a un profesional que te asesore, o buscar vídeos en YouTube sobre las técnicas y posturas para cada tipo de ejercicio aeróbico.

No te exijas más

Es lógico que quieras notar los resultados de tu actividad física, pero entrenar por encima de tus posibilidades es contraproducente. Lo más probable es que te lesiones, y un desgarro podría mantenerte casi un mes sin salir a correr o andar en bicicleta. Intenta regular el esfuerzo que llevas adelante en cada sesión. Eleva las distancias y el ritmo poco a poco, sin pasarte de la raya.

Varía el entrenamiento

Salir a correr o andar en bicicleta dos o tres veces por semana no está mal, pero si puedes complementar esos entrenamientos básicos con otros como bailar, la natación o saltar a la cuerda, entonces estarás involucrando más y más grupos musculares.

Una buena hidratación y alimentación, indispensable

Tanto la comida como el agua de la que provees a tu organismo será imprescindible para que puedas maximizar tu rendimiento. Recuerda que en primera instancia el cuerpo toma la energía de los nutrientes que han entrado recientemente a tu metabolismo.

Esto te obliga a adoptar una dieta variada, con frutas y verduras, sin olvidar los hidratos antes de entrenar, y otros alimentos que son ideales para la recuperación tras hacer ejercicio aeróbico. Consulta a un nutricionista según la actividad que vayas a realizar.