El 49,6% de los menores pasa más de cinco horas diarias conectado a internet durante el fin de semana

Internet y las redes sociales han alcanzado hoy en día un grado de penetración que no tiene parangón. Los llamados «nativos digitales» viven a caballo entre el entorno digital y el mundo real, lo que ha llevado al auge de una serie de problemas específicos que, muchas veces, los progenitores o tutores legales no están bien preparados para afrontar.

Según el estudio sobre «El impacto de la tecnología en la adolescencia», elaborado por Unicef, un 31,6% pasa más de cinco horas diarias conectado a Internet cualquier día entre semana, un porcentaje que durante el fin de semana se eleva hasta el 49,6%. Este consumo tan extendido del uso de Internet y redes sociales lleva aparejados una serie de riesgos y precauciones necesarias. Por esta razón, el Grupo Previsión Sanitaria Nacional (PSN) ha celebrado su primera jornada «Conectados y ¿protegidos? Defiende a tus hijos de los riesgos de las redes», con la participación de expertos que han tratado los riesgos derivados del uso de las redes, plataformas, foros y aplicaciones potencialmente nocivas, las claves para detectar si algo no va bien y las pautas para afrontar situaciones delicadas.

El presidente del Grupo PSN, Miguel Carrero, ha sido el encargado de abrir el acto y haaludido al especial riesgo al que se enfrentan las personas en la etapa infanto-juvenil, haciendo referencia, además, a que el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes: «El riesgo es innato, pero el peligro depende de las circunstancias, y debemos hacer lo posible por gestionar esas circunstancias a evitar».

La primera intervención ha corrido a cargo de Salvador Serrano, responsable del Área de Protección de datos de PSN Sercon, la consultora de servicios profesionales del Grupo. Serrano ha descrito la problemática y el escenario actuales, desgranando cuáles son los tipos de delitos más frecuentes en este ámbito: grooming, sexting y cyberbullying.

La edad de acceso al teléfono móvil no alcanza siquiera los 11 años (mientras la normativa española marca los 14 años como edad mínima, llegando la europea a los 16), siendo los usos más habituales chatear, escuchar música, participar en redes sociales o ver vídeos o directos. Más del 83% de estos menores tiene perfil en al menos tres redes sociales, y más del 61% cuenta con más de un perfil en una única red. Asimismo, ha aludido al citado estudio de Unicef, detallando esos porcentajes de visualización de pantallas anteriormente citados.

Ante estos datos, Serrano ha recordado que, para que los menores puedan vivir en un entorno digital más seguro, «a partir de los diez años es muy importante que les enseñemos herramientas para tomar decisiones autónomas y conscientes». En este sentido, ha considerado que lo fundamental no es observar todo lo que hace el menor por encima de su hombro, cosa que durante la adolescencia puede ser imposible, sino educar en los riesgos existentes y cómo afrontarlos al utilizar las redes.

La protección de datos

El siguiente ponente ha sido Julián Prieto, subdirector general de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), cuya ponencia ha girado en torno al uso problemático de las pantallas, los contenidos inapropiados, las responsabilidades en las que se puede incurrir en este tipo de delitos y el reto educativo y de vigilancia al que se enfrentan las familias que es la educación. Prieto ha aludido también al documento «Más que un móvil: la guía que no viene con el móvil», elaborado el pasado año por la AEPD y que precisamente se centra en estos aspectos.

Prieto ha afirmado: «Nos enfrentamos a un grave problema de salud pública. No olvidemos las crecientes tasas de suicidio entre menores, en las que la tecnología tiene un papel importante». Los menores merecen una especial protección debido a su vulnerabilidad.  «Desde la agencia queremos sensibilizarles en el valor de la privacidad, educar en el uso responsable, evitar las situaciones de riesgo y concienciar sobre su gravedad». También ha hablado, en ese sentido, del derecho a la educación digital, del que se desprende que los padres o tutores procurarán que hagan un uso responsable de los dispositivos. 

También  ha remarcado que el derecho a la protección de datos es un derecho fundamental, «distinto de otros similares como el derecho al honor o el derecho a la intimidad», y que está regulado de manera diferente. Además, ha recordado la existencia del llamado derecho al olvido en redes sociales, que permitiría que los jóvenes, al alcanzar la mayoría de edad, puedan solicitar el borrado de aquellos datos que hayan aportado para su publicación en redes sociales.

Delitos y legalidad

Por último, ha tomado la palabra Gemma Martín Peinador, hasta hace sólo unos días fiscal de Menores y en la actualidad Fiscal de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía General. Su exposición ha detallado las responsabilidades y consecuencias legales en este tipo de delitos, las tipologías de casos que llegan a los juzgados o la reinserción del menor en la sociedad.

Repasó los distintos tipos de casos en los que se emplea la Fiscalía de Menores con un enfoque especialmente didáctico, ya que, como resaltó, su interés era llegar a los «progenitores, abuelos, tíos, familiares» de menores que pudieran en algún momento estar en riesgo o en situaciones problemáticas, en cualquiera de los dos lados, víctima o agresor. Esto, según ha dicho, forma parte de la estrategia de la Fiscalía para mejorar la prevención y evitar que se produzcan estos delitos, ya que «en la Fiscalía de Menores se busca siempre evitar el juicio por todos los medios posibles», puesto que el objetivo final es rehabilitar al menor, y atender a todos los afectados.

La fiscal ha incidido en la necesidad de transmitir empatía tanto para evitar este tipo de acciones como para educar a los infractores: «Es importante poner a los agresores y a los tutores en el lugar de la víctima, que muchas veces es algo que falla». Asimismo, ha recalcado que se pretende evitar la victimización excesiva de los afectados. En resumidas cuentas, la reinserción va a depender en gran medida del entorno familiar y social, la adherencia a los programas educativos impartidos, la ausencia o rehabilitación de adicciones y patologías previas, entre otros factores. Destacó, en este sentido, que «si al salir de un proceso penal, el menor vuelve al mismo entorno social y a las mismas dinámicas, todo el aprendizaje que haya hecho no habrá servido de nada».

Por último,  Carrero ha tomado la palabra para lanzar algunas reflexiones surgidas al calor de la charla, y cerró la sesión con esta conclusión: «Somos responsables como sociedad, y no solo a nivel familiar, de que nuestros niños estén preparados para el futuro y lo que les espera»