CHAMPIONS LEAGUE: BORUSSIA DORTMUND VS REAL MADRID

La noche que Illarra se cagó y Casemiro ganó La Décima

CASEMIRO
Casemiro se salió en 2014 en el partido contra el Dortmund. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Estadio Signal Iduna Park, antes Westfalenstadion, Dortmund. 8 de abril de 2014. Illarra se lo había hecho encima. Se había ido por la patilla desde el calentamiento. Justo la noche en la que debía dar un paso al frente demostró que sus ocho apellidos vascos y su gentilicio molón (mutrikuarra) se encogían nada más salir de las Vascongadas. También a Di María se le habían encogido (más) las canillas y había lanzado a la estratosfera un penalti en el minuto tres. Vamos, para hacer sopa de Fideo.

Después de presentarse en Dortmund con un 3-0 que casi le franqueaba el paso a las semifinales, el Real Madrid (francamente mal) dirigido por Ancelotti coqueteaba con la tragedia. Sin alma, sin fútbol y sin capacidad de reacción por un técnico anclado en los ochenta y no sólo por su chaleco, el equipo blanco olía a muerto.

Mkhitaryan echó una mano al pipitizarse y estrellar contra el poste las ilusiones del Dortmund de llevar el duelo a la prórroga. Si la hubiera metido, ni Décima, ni gaitas. En pleno chaparrón Ancelotti, un hombre que tardaba más en hacer los cambios que Rajoy, miró al banquillo y llamó a Casemiro. No le había dado bola en todo el año ni se la volvió a dar después. Incluso algunos recordamos que en la final de Lisboa prefirió sacar a Khedira (medio) cojo antes que al brasileño.

Pero aquella noche sí. Aquella noche Ancelotti tiró de Casemiro y Casemiro tiró de un carro, el del Real Madrid, que estaba a punto de salirse de la calzada y pegarse el trastazo por un terraplén. Aquella noche Casemiro, a puro huevo, al choque, al robo, al cuerpeo, empezó a ganar La Décima. Luego vino el Bayern y el repaso al tío Pep. Y luego Lisboa y el cráneo privilegiado de Sergio Ramos. Pero aquella noche de Dortmund en la que el Real Madrid rondó la tragedia Casemiro se agigantó y puso los cimientos para una de las Champions más sufridas y con mejor regusto de la historia del Real Madrid.

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