CELTA B VS CASTILLA: JORNADA 12 DE SEGUNDA B

El Castilla resucita en Vigo (1-4)

Castilla
El Castilla celebra un gol con Solari. (Realmadrid.com)
Iván Martín

el Castilla se alió con ellos para ganar en Barreiro al Celta B. Los blancos comenzaron perdiendo. Los gallegos les superaron durante 20 minutos en todo. Pero un falló del arquero rival que propició el gol de Jaume lo cambió todo. Luego, Seoane, Quezada y Dani Gómez redondeaban un partido sublime. Barreiro debía ser un antes y un después para el Castilla. Todo lo mostrado en los 11 partidos anteriores tenía que quedar olvidado en tierras gallegas, pero en cuanto el árbitro pitó el inicio, la realidad golpeó a los de Solari. Un equipo blanco, falto de contundencia y desordenado, era un juguete en las manos de un Celta B que con una marcha más metió en su campo a los madridistas. A los dos minutos los gallegos estuvieron a punto de abrir el marcador, aunque un Drazic que pecó de jugón mandaba al traste la jugada. El gol local se estaba cocinando e instantes después iba a estar listo para servirlo en la mesa. Brais Méndez pisaba área, rompía a Javi y batía a Belman. Se hacía justicia a lo visto en el terreno de juego. Y si no llega a ser por un Manu que se tiró de forma desesperada al césped, el segundo tanto habría lucido en el luminoso antes de que se cumpliera el minuto 10. El Celta era tremendamente superior a un Castilla impotente. Y es que, se llevaba mucho tiempo sin ver a un grupo tan comprometido y con tan mala suerte por Valdebebas. Nada les sonreía. Casi un cuarto de hora después de arrancar el partido increpaban la meta rival con un pase al hueco que Cristo no aprovechaba. Poco más. Los vigueses pronto recuperarían las riendas. Aunque algo se había activado en el lado madridista.

Resurección

El filial comenzó a echarle fuerza. Si el fútbol no aparecía había que probar otras técnicas. Y así lo hicieron. Cada balón era el último. La entrega era máxima. Hasta que la suerte les sonrió. Tras 990 minutos de desdichas, el Castilla se iba a reconciliar con la fortuna para lograr la igualada. Un lanzamiento de esquina iba ser rematado desde la frontal por Jaume y Sotres fallaba de forma estrepitosa en la salida para facilitar la diana blanca. Los blancos ni celebraron el gol. Dejando una imagen reveladora de lo que siente ese vestuario, se unieron en el centro y comenzaron a hablar. Querían más. No era momento de festejos. Y a por más que fueron. Recuperaba el Castilla en la media, Franchu armaba una contra que continuaría Quezada por banda izquierda. El zurdo se internaba en el área, pisaba línea de fondo, levantaba la cabeza y servía a Seoane para que hiciera el 1-2 en boca de gol. Casi sin esperárselo, los blancos mandaban en el luminoso. El Celta buscaría la igualada, pero el Castilla ya no iba a ser ese flan en defensa. El fútbol, como la vida, son sensaciones y ahora los madridistas lo tenían todo a favor. Con ventaja se iban Solari y sus chavales al descanso con las sensaciones de que por fin lo podían conseguirlo.

Una apisonadora

La segunda mitad regaló al madridismo los mejores momentos del Castilla esta temporada. Un nivel parecido se alcanzó en Coruxo, aunque en Vigo, debido a la circunstancias, era mucho más relevante. Los blancos por fin mandaban. Y sobre todo, dejaron de sufrir sobre el césped para comenzar a disfrutar.  Cristo y Óscar formaron una conexión perfecta. El canario no cesó de generar ocasiones y el de Talavera desplegó su calidad. Franchu era un pulmón que hacía saltar por los aires una y otra vez a la zaga rival. Jaume se convirtió en el amo y señor del centro del campo. Seoane ponía el cerebro. Quezada la clase en la izquierda. Manu, Álex, Javi y Reguilón se endurecían en la zaga. Y Belman se empleaba a fondo siempre que el Celta lo intentaba. El Madrid se lo creía. Las cosas salían tras muchos sufrimientos, tras muchas dudas. Ya les tocaba. Sólo faltaba cerrar el partido. Quezada aprovechaba un balón suelto desde la frontal para sacar un zurdazo que perforaba las redes rivales. Ahora sí. Los gallegos se iban del partido y el Castilla comenzaba a oler sangre. Y como todo funcionaba, Solari dio entrada a Dani por Cristo y el de Alcorcón puso el definitivo 1-4 en el primer balón que tocó.  Los minutos finales fueron de pausa. El Castilla levantó el pie y el Celta trató de recortar distancias, aunque el palo se alió con Belman para evitar una diana. Los blancos daban un golpe en la mesa que se tiene que ver refrendado el próximo domingo en el Di Stéfano ante el Rápido de Bouzas. Todos los santos se aliaron con un filial que ahora sólo mira al futuro.]]>

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