Javier Cárdenas te cuenta la historia de un hombre que conoció a una mujer, se enamoraron y decidieron emprender una relación juntos. Todo marchaba muy feliz para la pareja hasta que a ella le detectaron un problema médico por el que requería de un trasplante de riñón. «Mi esposa enfermó justo después de que nació nuestro hijo y ahora necesita un trasplante de riñón. Verificamos con sus familiares y ninguno era compatible o un donante viable», explica el hombre. Es por eso que él mismo quiso ser el donante: «Sabía que sería una posibilidad remota, así que decidí hacerme la prueba para ver si podía donar. Recibí una llamada el otro día diciendo que era compatible».
El centro médico le dio al hombre la buena noticia de que era compatible con su esposa para poder donarle un riñón. Sin embargo, también le informaron de que era necesario realizarles unos exámenes adicionales, entre los que se encontraba un análisis genético. El resultado, que evidenciaba un «porcentaje de coincidencia anormalmente alto» entre los dos, fue claro: eran hermanos biológicos. «Estaba conmocionado y confundido», agregó. Explicó que debido a la forma en que la información del ADN se transmite de generación en generación, un padre y un hijo podrían tener al menos una coincidencia del 50 por ciento y los hermanos podrían tener una coincidencia del 0 al 100 por ciento. Él dijo: «Estamos relacionados, no, no estoy bromeando. No sé qué hacer para seguir adelante, pero sé que puede estar mal. Ella es mi esposa y la madre de nuestros hijos». La vida entera de un hombre se destruyó después de descubrir que está relacionado genéticamente con la madre de sus dos hijos pequeños.