El PNV batasuniza la feria de los toros de Bilbao: «Nos hace bullying, quiere acabar con la fiesta»
Las corridas de toros excluidas del programa oficial de fiestas
Víctimas de ETA denuncian a la comparsa Txori Barrote por exaltar a los presos en las fiestas de Bilbao
La Audiencia Nacional investiga el cartel de Abascal con un disparo en la nuca
A las ferias taurinas del País Vasco, sobre todo, a la de Bilbao, hace tiempo que les están quitando la arena de debajo de los pies, pero este año 2023, desde el Ayuntamiento de Bilbao que preside Juan María Aburto (PNV) se ha pisado el acelerador para su hundimiento. En los corrillos de aficionados, no se escucha otra cosa que no sea indignación ante el bullying que están sufriendo. Una palabra que viene que ni pintada, precisamente porque bull en inglés significa toro. «Nos hacen bullying porque quieren acabar con la fiesta», denuncian los aficionados a OKDIARIO.
Que si la exclusión en el programa de fiestas oficial, la retirada de la banda de música municipal, la ausencia de los gaiteros, la no retransmisión de las corridas por televisión, la desvinculación del Carlton, el cese del premio literario, la negativa al palco institucional… En definitiva, un cóctel orquestado desde las instituciones políticas para boicotear la fiesta, pero que no ha trascendido al foco mediático.
Todo ello se traduce en un galopante vaciamiento de los tendidos si no se pone remedio, con unas desagradables estampas de la plaza, que está a estrenar, pero que a duras penas alcanza un tercio o media entrada, cuando esta feria estaba consolidada como de las más cosmopolitas, serias y mejores del orbe taurino.
Mientras las gaviotas de la ría del Nervión sobrevuelan el ruedo ibérico a partir de las ocho de la tarde… Mientras las campanas de la iglesia llaman a misa de siete, cuando los tendidos fijan la mirada en la faena del matador, y las almendritas El Cordobés recién tostadas siguen siendo el aperitivo tradicional de Vista Alegre, entre los aficionados taurinos, emerge una seria inquietud sobre la continuidad de la fiesta en Bilbao, en un momento en que, pese a la propaganda del lobby antitaurino, el avance de la actividad de la Fiesta en España ha alcanzado el mejor dato desde 2010, con más de 20.500 festejos y cientos de miles de espectadores en 2022, según la patronal taurina Anoet.
Sin embargo, en Bilbao, tras la pandemia, la feria no repunta, pese a que se ha hecho una remodelación por todo lo alto de la plaza, a cargo de los empresarios taurinos Arte y Cultura BMF, para convertirla en un enclave emblemático de ocio y cultura de la ciudad, además de dar toros en temporada.
“¿Y esto es democracia?”, se pregunta Elena, miembro del Club Taurino de Bilbao. “Me enfada la situación”, confiesa Virginia, también miembro del club, cuya afición a los toros le viene desde su madre que tampoco se pierde una corrida a sus 89 años. «Nunca antes nos habían atacado el Club, y este año, nos lanzaron pintura roja a la fachada, para destrozar el cartel de toros que colocamos como todos los años” explica.
La sede está en una zona muy concurrida, junto a la estación de trenes, el Corte Inglés y el Primark, por lo que la colocación del cartel da mucha visibilidad a la feria.
La feria de Bilbao
Bilbao es distinta a todas las ferias taurinas, porque el aficionado encuentra un mundo aparte, donde poder convivir con ganaderos, periodistas, toreros, aficionados, desde primera hora de la mañana, entorno a la plaza de toros, donde se celebra el sorteo de las reses y el apartado, todo un acontecimiento y liturgia que dirige el presidente de la plaza de toros de Bilbao, el bilbaíno Matías Gónzalez.
Considerado uno de los mejores presidentes de plazas de toros del país, y el único que ha logrado imponer un criterio ecuánime y de continuidad temporada a temporada, Bilbao cuenta con su presidencia desde hace 29 años de manera interrumpida. Todos los taurinos conocen su criterio «faena intensa y corta» explica González a OKDIARIO, quien no ha variado en ese tiempo tampoco su gesto serio e impertérrito durante las casi tres horas que dura el festejo.
En la feria de agosto, en Bilbao, es fácil encontrarse a españoles de toda la península, como Antonio, un entendido sevillano, que no se pierde ni una corrida de la Aste Nagusia, porque «como dicen los toreros, hay cuatro puertos de montaña, Sevilla, Madrid, Pamplona y Bilbao, lo demás es un paseo militar».
También acuden a la cita anual muchos franceses y mexicanos, atraídos por la seriedad de los toros, como explica la periodista taurina María del Sol Sánchez, perteneciente a una de las dinastías taurinas más importantes de Aguascalientes. «Bilbao es seriedad, donde se presentan toros de verdad. Un torero busca ser figura, pero, sobre todo, trascender, ¿y qué es trascender? Lograr el respeto», ilustra la periodista a OKDIARIO con una una anécdota familiar, «mi padre torero, advertía a mis hermanos toreros, cuando les gustaba una mujer, ¡ponte listo, porque esta está para Bilbao!, queriendo decir que requerían un esfuerzo más para conquistarla».
Y entonces, ¿por qué Bilbao no goza de tan buena salud como el resto de puertos, como Madrid, que este San Isidro ha rozado una asistencia media del 92% del aforo en los 23 festejos de ciclo continuado?
Guerra declarada
«Este año será la primera vez que las corridas de toros no estén anunciadas en el programa oficial de fiestas, tampoco tocará la tradicional banda municipal sinfónica de música, porque el Ayuntamiento determinó que a la hora de los toros, la banda tenía que tocar en otro lado», denuncia Begoña Aguirre a OKDIARIO, presidente de la Federación de Peñas Taurinas de Vizcaya, por lo que durante el tercio de banderillas, no suenan los gaiteros, un sello de identidad de las corridas en el País Vasco.
«Los taurinos hemos estado bastante callados, pero ya no podemos callar más. Son pequeñas trabas para minar la fiesta hasta acabar con ella. La gente tiene que conocer la situación, para que haya conciencia de lo que está pasando, porque no es un problema de afición sino de estrategia política», protesta Begoña.
«Los políticos se tienen que replantear las cosas. Somos muchos miles de personas las que vamos a la plaza. Incluso un día en que los tendidos parece que no hay mucha gente, somos más de 5.000 personas», espeta la presidente.
«¿Qué teatro logra esto? Esto hay que respetarlo, y hay que decirlo en alto», expresa Aguirre, que, como es taurina, el feminismo no abanderará su lucha ni le reconocerán la valentía de ser la primera mujer en la historia en estar al frente de esta organización.
«Si te fijas, el palco institucional está vacío, y así estará toda la feria, porque este año el ayuntamiento ha decidido no cogerlo por primera vez en la historia. Lo tremendo es que, luego, te enteras que otros concejales andan pidiendo entradas», explica el presidente de la Peña Taurina Bilbaína, que se encarga además de tener a punto la capilla todos los días de toros, José María Letona López. Letona no se esconde y, como se dice en el argot, va de frente, «yo soy del PNV antes de que el alcalde de Bilbao naciera, pero arregla esto de los toros, o nosotros mismos lo acabaremos echando».
Galimatías político y cultural
El País Vasco se ha convertido en un galimatías político y cultural. Ni ellos mismos se ponen de acuerdo. Cada una de las tres provincias vascas son tres mundos a parte tratándose de toros. ¿Qué situación atraviesa la fiesta en la comunidad? Tratar de responder a esa pregunta es enredarse en un acertijo político. «En Azpeitia (Guipúzcoa), la alcaldía es de EH Bildu, pero, por ejemplo, Enkeo Etxeberria, alcalde del partido hasta el otro día, estaba en la primera fila de los toros este año», explica Félix Urquijo Arana, presidente del Club Taurino Mazzantini de Llodio. Pero los 25 km que separan a Azpeitia de Eibar parece infinita.
En Eibar (Guipúzcoa) los toros están prohibidos, y gobierna el PSOE, y eso que el presidente del PSOE-PV, Eneiko Andueza, un reconocido aficionado a los toros, que escribió Los toros desde la izquierda, prologado por la ex vicepresidente del Gobierno de España con Pedro Sánchez, Carmen Calvo. Desde el año pasado, la polémica en Eibar gira entorno a si se demuele la plaza de toros. Según el consistorio, gobernado por el alcalde socialista Juan Iraola, se considera que «la plaza está infrautilizada», y lo mejor sería construir «un parque»en su lugar.
«Esto es cuestión de personas», opina el presidente del Club Taurino Mazzantini de Llodio, que ha tenido que suspender este año el prestigioso Certamen Literario de Relato Taurino, dotado de 1.500 euros, «porque tanto la Kutxabank como la Diputación de Álava se han negado a colaborar con nosotros, interrumpiendo la subvención», explica Urquijo.
La provincia de Álava es la única en que no se celebran corridas de toros, aunque sí que siguen algunos festejos populares. En Vitoria, por ejemplo, no hay corridas de toros desde que el Ayuntamiento en 2016 dejó de subvencionar los festejos taurinos. Esto se ha contagiado a otros puntos de la provincia, como el emblemático pueblo de Llodio, que organizaba uno de los certámenes más prestigiosos de novilladas de España.
En fiestas de Llodio, se siguen corriendo encierro y vaquillas en la plaza por la mañana, pero «este año han prohibido el encierro chiqui, es decir, el de niños. Mi sobrino corría ahí, y está enfadadísimo, era su ilusión. Ahora, en su lugar, han puesto un toro de cartón que echa agua por los cuernos, y mi sobrino no va», denuncia enfadado y apenado Urquijo, porque sabe que en la juventud está los aficionados de mañana.
La provincia de Guipúzcoa también se convirtió en la manzana de la discordia taurina, cuando el mismo EH Bildu que ni se le ocurre tocar la feria de Azpeita porque está muy arraigada y supone un pulmón de oxigeno para la economía de la zona, impuso en San Sebastián la prohibición, cuando consiguió la alcaldía en 2011.
Eso sí, duró lo que tardó el PNV en volver a conquistar la alcaldía en 2015, levantando la prohibición por todo lo alto. En aquella ocasión, la plaza de toros de Illumbe acogió la presencia del Rey Juan Carlos I, invitado por el empresario donostiarra José Antonio Martínez Uranga. El Rey emérito fue acompañado de la infanta Elena y sus nietos, Froilán y Victoria Federica. Una situación de obligado recuerdo en estos meses de angustia ante la incierta viabilidad de un gobierno conservador, pendiente de los votos del PNV y Junts.
En Otxandio (Vizcaya), que en 2017 celebró junto con otros 13 municipios, en solidaridad con la república catalana, un referéndum por la independencia, con algunas de las urnas utilizadas en Cataluña, también llevó a consulta los toros. Dicho pueblo dijo sí a la fiesta de los toros. Por lo que no podemos decir que el País Vasco no sea taurino, ni mucho menos Bilbao, pero ¿por qué entonces este acoso a una afición de los vascos?
La España vertebrada
«Frente a la España invertebrada de Ortega y Gasset, la Tauromaquia vertebra todo el territorio, no hay pueblo de nuestro país en el que no haya toros», contesta Gonzalo Gómez-Guadalupe a OKDIARIO, matador de toros bilbaíno, y asesor artístico de la plaza de toros de Vista Alegre desde hace 12 años, que ha toreado en Zaragoza, Sevilla y, precisamente, empezó en el pueblo de Otxandio como novillero.
«La fiesta de toros de Bilbao es una fiesta cosmopolita, abierta», defiende Gómez-Guadalupe. «Si tuviéramos que poner un lema que explicara en síntesis lo que está sucediendo en Bilbao sería: demoler, sin prohibir», subraya. «Los políticos saben que no pueden prohibir la fiesta, como ha quedado demostrado en Cataluña, pero están siendo más pérfidos para que la fiesta fracase y parezca que ya no hay aficionados. Un boicot en toda regla», explica Gómez-Guadalupe, que además es licenciado en Historia.
«La fiesta de los toros es la fiesta del pueblo» exclama el maestro Miguel Ángel Perera, cuando le preguntamos qué representa el torero para España, mientras disfruta de un refrigerio en el nuevo bar de la plaza, antes de marcharse a Olivenza, donde toreará al día siguiente. «Yo no sé que representa para España, pero sé que representa para mí. Es una profesión de valores, de compromiso, virtudes perdidas en la sociedad».
El matador extremeño hace una pausa, «se pretende que comamos insectos, porque hoy todo es ideología, imposición, pero la fiesta de los toros no representa a partidos políticos, los toros es una costumbre que nace del pueblo y para el pueblo, en una plaza de toros cabemos todos, independientemente de nuestras ideas políticas, de nuestra orientación sexual, de nuestro origen», defiende Perera, «y claro que amo a España».
Juan Leal acudió al apartado de la mañana, y después de ver los toros con los que se iba a enfrentar por la tarde, al Coloquio Taurino de la plaza. El periodista taurino Juan Luis Benlloch subraya la mezcolanza de Leal, «eres francés, vives en Sevilla y hoy toreas en Bilbao». A lo que el torero responde serio, «en los toros no hay pasaportes, y yo llevo tatuada a Bilbao por las cornadas en mi piel para siempre».
Tal es lo cosmopolita de los toros, que el hidrocálido Leo Valadez torea en Bilbao lo que las autoridades mexicanas no le permiten en la capital de su país, porque, desde 2022, están prohibidas las corridas de toros en la plaza más grande del mundo. Y para más ironías, los mismos empresarios de la México, la familia Ballières, forman parte de la empresa que gestiona la plaza de toros de Bilbao.
Ni televisión ni Carlton
Las únicas pantallas de televisión que trasmitirán las corridas este año serán las colocadas inútilmente en las andanadas del ruedo, porque esta feria que lograba máxima difusión gracias a la extinguida Movistar Plus, se ha quedado fuera también de la parrilla de Onetoro. ¿Qué ha pasado?, preguntamos desde OkDiario al empresario en los pasillos de la plaza. «No hemos llegado a un acuerdo. No haremos más declaraciones al respecto», dice tajante uno de los Chopera, Manuel Martínez, hijo.
Por su parte, el periodista taurino David Casas, quien ha estado tantos años al frente de los micrófonos de Movistar Plus y que este año se había estrenado con una plataforma digital, Onetoro, estos días en Bilbao deambula de paisano, «el año que viene seguro que hay acuerdo, estamos llamados a entendernos» explica, quedándose fuera del serial miles de espectadores habituales.
Tampoco el Carlton ha engalanado de fiesta su majestuoso salón, coronado con una gigantesca cúpula, con los clásicos burladeros de madera que lleva poniendo toda la vida, para tomar el vermú, y que Hemingway disfrutó tantos agostos en feria.
Todo porque el ayuntamiento ha exigido al hotel la instalación especial de agua para el tratamiento de los vasos usados, y el Carlton se ha descabalgado de la feria taurina, lo que ha supuesto que los tradicionales coloquios taurinos, por ejemplo, los del Club Cocherito, que se celebraban en el hotel, se hayan mudado al hotel Indautxu.
En conclusión, el Carlton, un icono de glamour y de afición, es ahora un papel deshecho del itinerario taurino.
La batasunización de la fiesta
Mención a parte merece el zafarrancho que la Ertzaintza ha desarticulado en Bilbao en el día de ayer. El oprobio al líder de Vox, Santiago Abascal, con su foto en blanco y negro, ensangrentada, como portada del icónico programa de fiestas no oficial que es habitual que circule en paralelo al institucional, y que Vox ya ha denunciado, con la consecuente acción de la policía.
Además en estas fiestas, los calabozos de la policía y la Ertzainta, tal y como informa el Correo de Bilbao, están colápsalos por los arrestos de peleas y robos.
Así como el colmo de la ignominia y la provocación, lo ha protagonizado la comparsa Txori Barrote, denunciada ante la Audiencia Nacional por la asociación Dignidad y Justicia presidida por Daniel Portero, que había colocado las fotografías de varios etarras en el bombo, así como unos relojes que anuncian las «horas» que les queda para salir de la cárcel. Los batasunos aclaman sin pudor, por el centro de la ciudad, la liberación de terroristas, mientras los mismos denuncian la violencia animal de una fiesta tradicional de arraigo vascuence.
Sin duda que uno puede llegar a la conclusión de que en Bilbao hay dos fiestas, o tres, ya quién sabe, que se celebran a la vez. La institucional, que excluye a la taurina y no se hace cargo de la batasuna; la no oficial, que odia y aclama a terroristas y asesinos de ETA; y la verdadera, es decir, todas las fiestas que componen la Aste Nagusia, nos gusten o no, y que se han vuelto incompatibles las unas con las otras.
La radiografía de tensión social que se retrató en las pasadas elecciones municipales en Bilbao, queda evidenciada en estas fiestas. Vox no sacó representación política, sin embargo, fue el partido que más creció, alcanzando 5.040, lo que supuso un aumento del 3% de los votos. Por su parte, EH Bildu irrumpió en las elecciones de este 2023 con 6 concejales, convirtiéndose en la segunda fuerza política, desbancando al PSOE en tal posición. Además el PP sumó un edil más, obteniendo 4 concejales. En la toma de posesión, el reelegido alcalde por tercera vez, Juan María Aburto, que actualmente gobierna con el PSOE, lamentó que «el partido que más creció en Bilbao sea Vox».
Para los antitaurinos los toreros son unos asesinos, y para el pueblo de Bilbao, ¿quiénes son los retratados en estos bombos de charanga? ¿Héroes?
De momento, no hay organizada ninguna concentración antietarra, y EH Bildu cada vez coge más peso en las instituciones, utilizando la firma de normas, leyes y compromisos, para intimidar y secuestrar al pueblo que quiere ser libre. Si hablamos de secuestros, a los terroristas no les gana nadie. De hecho, los jueves de feria, en Bilbao, tienen costumbre todos los años de hacer un homenaje a los etarras por la noche.
La juventud taurina
Con ello, la juventud está entre la espada y la pared, en medio de la hipocresía, la amenaza y la desinformación. El adoctrinamiento en las aulas, la presión social en las cuadrillas, hace difícil acercarse a los toros.
De Durango, acuden a los toros una cuadrilla de jóvenes atraídos por la feria. En este municipio, en las pasadas elecciones, el PP consiguió recuperar un edil, gracias al esfuerzo de Carlos García, arrebatando, con el apoyo del PNV, la alcaldía a EH Bildu.
En los tendidos, también se deja ver el propio edil del PP de Durango, a quien los jóvenes le piden una fotografía. Estos chavales son nuevos aficionados, interesados por la Tauromaquia, que llegan a Bilbao a la mañana, para participar en las clases prácticas que se celebran a las once de la mañana en el ruedo, y luego «nos quedamos a la corrida de la tarde, para continuar hasta tarde la fiesta», responden animados.
Sergio Gómez, presidente de los jóvenes Taurinos del Excmo. Club Taurino de Bilbao, explica que se necesita «pedagogía, pero que con el tiempo vamos a lograr recuperar la afición, porque los toros se han censurado, se han echado a un lado, por eso, se necesita volver a enseñar para aprender. Además hay que tener en cuenta que los jovenes más taurinos en Bilbao, estudian fuera, en Pamplona, en Madrid, por lo que durante el año es más difícil mantener a la juventud en la participación de actividades de la ciudad».
Por eso, hay un torero peruano, que se le aclamó el año pasado en los tendidos, voceando su nombre, conocido como el huracán de Perú, Andrés Roca Rey, que llena plazas y se les resiste a cualquier boicot político, «en Bilbao, lo consigue, a los jóvenes les gusta este tipo de cartel», razona Gómez, «y por medio de estos días y con triunfos, se logra captar a los jóvenes».
Durante la feria, Gómez se encarga de organizar, después de la corrida, veladas taurinas en el club con gran concurrencia del público juvenil. «Además este año, en el día del chupinazo, hemos recuperado el encierro y la suelta de vaquillas, que no se celebraban desde 1994, y también clases prácticas».
Libertad
Al final, todos los entrevistados pronuncian la misma palabra en sus declaraciones, o se deduce. «Libertad». Es lo que exigen, y, en definitiva, lo que necesita la fiesta. El anteriormente citado periodista taurino, el valenciano Juan Luis Benlloch, recuerda a OKDIARIO, el porqué acabó especializándose en este sector, «yo me sentía libre, que podía hablar en libertad, y por eso, después de años, dejé el periodismo político».
También los ganaderos, como Ricardo Gallardo, quien está al frente de la ganadería de Fuente Ymbro, «nosotros no pedimos subvenciones, sino que no nos pongan trabas a nuestro trabajo, que nos dejen libremente ganarnos la vida, como a otros sectores».
Los aficionados la aclaman, la necesitan, para que cese el bullying institucional contra ellos. Mientras la nueva banda de música Molto Vivace, acompaña aprendiendo, a golpe de calcetín, el protocolo musical de una tarde de toros, entonando el pasodoble Er Mundo, mientras se cuela, de vez en cuanto, una extraña partitura para un ruedo de la categoría de Bilbao Ay campanera, que despierta hasta una sonrisa complice entre los tendidos.
Mientras las gaviotas visitan el ruedo esperando que vuelva la popularidad de la que gozaron años atrás y las campanas cumplen religiosamente con su presencia. Y así otro año más en que la afición resiste en uno de los cuatro puertos taurinos de España.
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