Tan «presunto delincuente» es Aldama como tu mujer y tu hermano, Pedro Sánchez
Nuestra Constitución recoge en su artículo 24 que todos tienen derecho a la presunción de inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. Estamos, por tanto, ante una garantía esencial, ante un derecho fundamental que, con frecuencia, es pisoteado. De Víctor de Aldama ha dicho Pedro Sánchez que es un «presunto delincuente», concepto que en sí mismo es una aberración porque en nuestro ordenamiento jurídico existe la presunción de inocencia, pero no la presunción que le atribuye el presidente del Gobierno al cabecilla de la trama Koldo, salvo que entienda que alguien que tenga el papel de investigado en una causa penal es merecedor de dicho calificativo.
No se trata de salir en defensa de Aldama -ya lo hizo este Gobierno cuando le distinguió con la más alta condecoración de la Guardia Civil-, sino de subrayar que si para Pedro Sánchez Aldama es un «presunto delincuente», su esposa, Begoña Gómez, y su hermano David son también «presuntos delincuentes», pues sobre la primera pesan cuatro imputaciones -tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo- y sobre el segundo, otras cuatro -prevaricación, tráfico de influencias, malversación y fraude fiscal-.
La familia de Pedro Sánchez, por extensión, está integrada por «presuntos delincuentes». No porque lo diga OKDIARIO, sino porque es la interpretación que hace el presidente del Gobierno del imputado Aldama, al que le ha cambiado la presunción de inocencia que le reconoce la Constitución por la de «presunto delincuente».
Este periódico siempre ha sido muy respetuoso con las garantías constitucionales y, en consecuencia, siempre hemos hablado de Begoña Gómez y de David Sánchez como investigados -o imputados, siguiendo la anterior definición-, pero ya que Pedro Sánchez tiene claro que un investigado -véase Aldama- es automáticamente un «presunto delincuente», su mujer y su hermano, por el número de imputaciones que pesan sobre ellos, deberían ser «presuntos tetradelincuentes». No se trata de enredar, sino de advertirle a Sánchez de lo que tiene en casa.