Si el PSOE no es una organización criminal, desde luego lo parece

Opinión de Eduardo Inda

—La gravedad de la sentencia por el llamado ‘caso mascarillas’ y la inadmisible ausencia de asunción de responsabilidades políticas por parte del PSOE nos llevan a apoyar la moción de censura—, acaba de anunciar el PNV tras salir a la luz un Koldogate que tiene toda la pinta de ser un Ábalosgate, un Cerdángate o tal vez un Sánchezgate teniendo en cuenta que el gigante baracaldés mandaba en Ferraz lo mismo que yo en ese Real Madrid del que soy socio desde hace 37 años. Como apuntaba ayer en el artículo de La Razón, García Izaguirre sólo era un machaca, el ayudante de José Luis Ábalos, adonde llegó por indicación de su íntimo Santos Cerdán.

Esta frase no es fruto de la inteligencia artificial pero, obviamente, es más falsa que Sánchez, perdón, que Judas. Pero es cuasiclónica de la que figuraba en el comunicado que el Euskadi Buru Batzar emitió el 31 de mayo de 2018 nada más conocerse la sentencia de la Gürtel en la que se condenó al PP como «partícipe a título lucrativo» de lo que el juez filobatasuno José Ricardo de Prada describió como un «eficaz sistema de corrupción institucional». Entonces, donde aquí pone «mascarillas» venía un elocuente «Gürtel» y en lugar del «PSOE» se hablaba obviamente del «PP».

Juegos semánticos aparte, ¿a qué esperan en Sabin Etxea para animar a Alberto Núñez Feijóo a presentar una moción de censura contra un PSOE que facilitó desde el Gobierno el desvío de 50 millones para la compra a precios desorbitados de mascarillas a amiguetes en momentos en los que fallecían entre 800 y 1.000 españoles al día? ¿Actuarán coherentemente, es decir, como en mayo de 2018, los Urkullu, Pradales, Ortuzar y cía si el PP formaliza un impeachment a Pedro Sánchez?

Koldo García Izaguirre sólo era un machaca, el ayudante de José Luis Ábalos, adonde llegó por indicación de su íntimo Santos Cerdán

Veremos, pero al PNV, que va por la vida de partido serio, habría que pedirle que aplique idéntico rasero. Sus cinco diputados en la Carrera de San Jerónimo permitirían matemáticamente mandar a Pedro Sánchez a su casa por su responsabilidad como mínimo por omisión en una trama en la que aparece todo dios que es algo en Ferraz 70, cuartel general socialista. Desde el Gobierno de Canarias controlado a la sazón por el ministro Ángel Víctor Torres, hasta el de Baleares entonces en manos de esa Francina Armengol que se pasaba por el forro sus toques de queda para irse de copas, pasando por Puertos del Estado y Adif, entonces en manos de José Luis Ábalos, y el Ministerio del Interior, en esa época y ahora dirigido por Fernando Grande-Marlaska.

Queda por ver si el tan lenguaraz como hábil dialéctico que es Óscar Puente estaba en la pomada o tenía la suya. Llama poderosamente la atención que siendo alcalde de Valladolid compró mascarillas a ocho veces el precio de mercado a Sergio Zaitegui, su compinche de juergas ibicencas, empresario que le invitó a pasar un par de días en un yate de lujo por Formentera apenas seis meses después de aquellas rumbosas adjudicaciones. Una golfería de manual: Puente le forró el lomo a costa del sufrimiento de 200.000 vallisoletanos y Zaitegui hizo bueno el refrán: «De bien nacidos es ser agradecidos». Do ut des.

¿Es todo esto un eficaz sistema de corrupción institucional?, que diría José Ricardo de Prada. La respuesta constituye una evidencia mayor que la que supone decir «persona humana», «no habrá hombre nacido que quede por nacer», «las mujeres serán todas hembras», «el fuego se tornará caliente» o cualesquiera otras de las verdades del gran Pero Grullo.

Me da que en este escándalo sólo se ha escrito el prólogo y aunque el montante final se quedase en 50 kilos es una salvajada de dineral

Me harían falta 70 columnas como ésta para recoger los cientos de veces que tanto el PSOE como sus socios de Gobierno han descrito al PP de la Gürtel y demás casos elefantiásicos de corrupción como «organización criminal». Especialmente sonada fue la acusación de Fernando Grande-Marlaska en un mitin en Getafe en abril de 2021, en plena precampaña de las autonómicas madrileñas. «El PP», apuntó el ministro del Interior tras mentar Gürtel, Púnica y Lezo, «es una organización criminal que realmente ha mostrado lo peor de la política y el servicio público». El cristo fue monumental. Eso sí, Casado estuvo sembrado en la respuesta: «Criminales son los etarras que acerca Marlaska».

Con todo, lo más grave, lo que demuestra la total, absoluta y repugnante amoralidad del personaje, es que estas declaraciones salieron de su boquita meses después de haber hecho megarrica a la trama de Koldo. Lo propio en un sujeto que hacía la pelota al PP para que le hiciera fiscal general, deseo que a poco estuvo de hacer realidad Mariano Rajoy, y al que ahora falta tiempo para poner a parir al partido que ganó las elecciones generales. Lo normal en un sujeto que dejó hacer a la brutal Gendarmería marroquí en la valla de Melilla con las consecuencias por todos conocidas: cerca de 100 inmigrantes subsaharianos muertos.

Espero ansioso también la reacción del centrado y constitucionalista secretario general del PSOE madrileño, Juan Lobato, que hace no tanto se intentó marcar un triple a costa de la tercera condena al eterno rival por Gürtel: «En el PP no se ha visto otra cosa que corrupción y pelotazos». ¿Es «corrupción y pelotazos» el caso Koldo, Ábalos, Cerdán, Sánchez, PSOE o donde quiera que llegue la mierda, querido Juan? Confío en que nos lo aclararás pronto.

Espero que no haya distingos entre Rajoy, al que citaron como testigo en Gürtel, y Sánchez, que en pura lógica no debe ser ajeno a los chanchullos

Tres cuartos de lo mismo cabe pedir a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que cuando se conocieron las primeras imputaciones de los ERE redactó un inequívoco tuit que se volvió contra ella cual bumerán en 2019 tras dictarse una sentencia que declaró probado el robo de 679 millones de euros públicos.

—Yo también soy Antonio Lozano, Ventura, Magdalena Álvarez, Salgueiro, Valverde y tantos otros. Mi apoyo y compromiso—.

La gran duda es si la siempre audaz Montero va a escribir ahora un tuit similar, aún a riesgo de que pueda volverse contra ella y arrancarle la cabeza:

—Yo también soy Koldo García Izaguirre, Joseba García Izaguirre, Víctor Aldama, Íñigo Rotaeche, José Luis Ábalos, Francina Armengol, Ángel Víctor Torres y Fernando Grande-Marlaska—.

Sea como fuere, está claro que el parné público defraudado, 50 millones, no llega a los 120 de la Gürtel… de momento. Pero me da que en este escándalo únicamente se ha escrito el prólogo. Y aunque el montante final se quedase en 50 kilos es una salvajada de dineral. Y que todo apunta a organización criminal y transversal dentro del Partido Socialista y del Gobierno lo certifica el cantoso hecho de que hay involucrados al menos dos ministerios y dos comunidades autónomas. Y ojito porque en Navarra todos sabemos que el verdadero amiguito del alma de Koldo no es Ábalos sino Santos Cerdán, su eterno padrino, el que lo colocó a la vera de Nicolás Redondo Urbieta y al lado de José Luis Ábalos. El carretillero de Milagro que negocia en Suiza con Puigdemont, el consigliere de Pedro Sánchez. Espero que la Justicia no haga distingos entre Rajoy, al que llamaron como testigo en Gürtel, y Pedro Sánchez, que en pura lógica no debe ser ajeno a estos chanchullos. Que el PNV dispense al PSOE idéntico trato al que tuvo con un PP que perdió el poder por hechos similares. Porque así como en la mafia no se comete ningún crimen sin el visto bueno del capo, en un partido no se saquean las arcas públicas sin el visto bueno del number one. Las organizaciones verticales y criminales funcionan así.

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