Rajoy: 36 millones; Sánchez: 134 millones

Rajoy: 36 millones; Sánchez: 134 millones
Rajoy: 36 millones; Sánchez: 134 millones

La Moncloa de Mariano Rajoy en 2018 costaba 36 millones de euros. En 2023, con Sánchez, costará 134 millones. Esto supone un 272% más de gasto por cuenta corriente. Son hechos, cifras oficiales. Nadie en su sano juicio puede cuestionar que hay que pagar impuestos, incluso, subirlos cuando la realidad nacional lo requiere, en situaciones de crisis o gran crisis como es el caso actual. Nadie en sus cabales y con una mínima sensibilidad humana se opone a que los que más tienen tributen más y los más pobres menos. Esto se ha venido haciendo en España desde el inicio mismo de la Transición -por ceñirme a los últimos 40 años-, que estableció la educación general gratuita y la sanidad pública, universal y gratuita. Porque parece que lo ha inventado Sánchez, Iglesias o Yolanda Díaz. ¡Ya existía señoras! Y con enorme éxito y satisfacción.

Sin embargo, la cosa sería mucho más fácil cuando, desde el poder que sube los impuestos a las clases medias y trabajadoras (digan lo que quieran), se da ejemplo, personal y colectivamente a la hora de aplicarse el cuento. En la pandemia, cuando millones de familias vieron mermados sus ingresos de forma brutal, el Gobierno de socialistas y comunistas vivió exactamente igual sin hacer un mínimo requiebro de ejemplaridad. Ahora, con la crisis económica agravada por la guerra de Putin (¡menuda excusa les ha caído en suerte!) se han subido el sueldo, continúan viviendo la mayor parte de los ministros en casas del Estado (todo gratis total) y la utilización de los recursos públicos va cada día en aumento.

No toleran que a la izquierda se le recuerde esto. Ni siquiera en sus actuales vestimentas dan ejemplo. Se nota que los sueldos no son los que percibían cuando estaban en la oposición y prometieron el oro y las minas de plata de Ayacucho. Se les ve demasiado el plumero y el nuevo oropel. Nada de extraño que círculos enteros podemitas se den de baja. Ellos curraron para que una élite se subiera al coche oficial y no quiera bajarse del mismo.
Podrían decir: socialismo es austeridad, transparencia y decencia. No les interesa. Obviamente.

Lo he dejado escrito en multitud de ocasiones en este papel digital: las palabras mueven, el ejemplo arrastra.

Lo último en Opinión

Últimas noticias