Opinión
CARPE DIEM

El ‘plan Sánchez’ sobre el IVA y la gastronomía mallorquina

Después de casi dos años de fuertes encarecimientos en la cesta de la compra, por supuesto imputables al Covid y a Putin, el Gobierno de Pedro Sánchez, que vela por nuestro bienestar, se ha visto en la necesidad de rebajar el IVA de los alimentos, no de todos, pero sí de los suficientes como para mantener una dieta sana y un punto vegetariana, que es lo que demandan sus socios de Podemos. Y una de las medidas del plan anticrisis ha sido una reducción de la presión impositiva sobre una parte importante de la comida, lo cual constituye, por lo que respecta a Mallorca, todo un acierto y estamos seguros de que supondrá un auténtico éxito.

De esta forma, el Gobierno ha aprobado rebajar durante seis meses el IVA del 4% al 0% del pan, harinas, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, patatas y cereales. Y del 10% al 5%., el aceite y la pasta. Se mantienen igual los sometidos al IVA general como carnes, pescados, conservas, alimentos preparados, agua embotellada, yogures o café.

Sabido es que en los Països Catalans la receta gastronómica number one es el pa amb tomàtec, que traducido al charnego coloquial llaman pantumaca y que el Mallorca, aunque también pongamos tomate, llamamos simplemente pa amb oli o, para abreviar, pamboli.

Pues bien, nuestro pa amb oli, que contiene pan, tomate, aceite y sal y consumimos según se tercie mañana, tarde y noche, gracias al presidente Sánchez verá reducido su IVA. Pero hay más. A continuación, tenemos un gran consumo de coca amb verdura con sus variantes de trempó o juavert, que en barceloní llaman julivert, y la que hacen en Llorito o sea Lloret y para mas señas de Vistalegre, la de prebes o pebres torrats. Y del consumo de todas ellas cierto político declaraba que se había tenido que comer andando de pueblo en pueblo tal que la extensión de un campo de futbol.

Otra especialidad gastronómica de Mallorca, aunque algunos jóvenes, incluso los de Més, hayan desertado y se hayan pasado al burguer, siguen siendo las sopas mallorquinas que contienen, además de algunas sopes de pan propiamente dichas, según la temporada se acompañan de toda clase de verduras que, además, en cuaresma, como ya se ha dejado de comparar las bulas que permitían comer carne, excepto los viernes, se ajustan también como un guante a la propuesta actual de rebaja de IVA.

Podríamos continuar con las recetas que ahora nos va a abaratar Sánchez, añadiendo las clásicas de las que la verdura es su componente principal. Una buena olla de fava parada con algún butifarró que nos haya quedado en el congelador desde antes de la crisis; un buen bullit con patatas, judías y cebolla o dando un poco más de realce a nuestra cocina, un tumbet al que, si acaso y haciendo un extra, podríamos añadir, pero sin pasarse, algo de alatxeta. Y tirando ya la casa por la ventana, podríamos regalarnos un día festivo con un arroset de peix amb brou de jarret.

Por lo demás, de pescado, poco. Y de carne, menos. Y lo que deberemos eliminar si o si, porque sigue con el IVA de siempre, es el cafetet amb un rebentat d’amazonas. De todas formas, al sentarnos a la mesa los mallorquines, observantes del recetario tradicional, deberíamos agradecer al presidente Sánchez el favor que nos hace. Ahí es nada, por ejemplo, que el pan uno de nuestros grandes consumos, vaya a bajar un céntimo. Bien es cierto que, pasados seis meses de la rebaja y a las puertas del verano, el trampó nos va a salir un poco mas caro. Pero pedir demasiado ya sería vicio.