Opinión

Otro chivatazo de Rubalcaba

Cuando el próximo 15 de diciembre comience el juicio por el caso Molinos, un nombre destacará por encima de los más de 40 imputados que se presentarán en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Alfredo Pérez Rubalcaba estará de nuevo bajo los focos y otra vez por un supuesto chivatazo.

El entonces ministro de Interior del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero habría ayudado en 2008 a un empresario imputado por corrupción, Juan Carlos Fernández Delgado, por mediación de Guillermo Polanco, uno de los herederos del imperio Prisa.

Como en casi todos estos casos, el que se ubica en La Muela (Zaragoza) está construido en torno a una cadena de favores que van desde la escala más baja, con la alcaldesa Mariví Pinilla del PAR, hasta la cúspide, con Alfredo Pérez Rubalcaba dando información confidencial para tratar de proteger a unos presuntos delincuentes.

En medio de este vodevil del ladrillo, pululan personajes como Víctor Royo, guardaespaldas y chófer del consejero de Medio Ambiente de Aragón, al que presionaba para sacar adelante el proyecto urbanístico, o Guillermo Polanco, que pasaba por allí y se ofreció para conseguir que la acción de Rubalcaba volviera a impedir la labor de la Policía, como ya hiciera en el caso Faisán.

Analizando la información que ofrece en exclusiva Okdiario, surgen dos preguntas: ¿Qué hace un ministro de Interior aconsejando sobre intereses empresariales privados y delictivos? ¿Por qué un ministro del Interior da información confidencial sobre operaciones policiales a uno de los empresarios imputados en la causa?

Sorprende también que con toda esta información contenida en el sumario, el juez no haya llamado a declarar a Rubalcaba. Sea como fuere, la Fiscalía debe actuar de oficio y esclarecer cuál fue exactamente el cometido del entonces ministro de Zapatero.

Un Alfredo Pérez Rubalcaba cuya figura siempre ha estado rodeada de sombras y que, cuando aún no se ha sacudido las dudas al respecto del Faisán, vuelve a ser protagonista de la escena por este caso Molinos.