Opinión

No hay golpe que no incluya el asalto a la televisión pública

En realidad, lo que ha hecho Pedro Sánchez forma parte de cualquier ‘Manual del control integral de las instituciones del Estado’. Es indispensable asaltar la televisión pública si se pretende que el golpe institucional triunfe. Por tanto, la decisión del Gobierno de imponer por real decreto una rebaja de las mayorías necesarias para elegir el Consejo de Administración de RTVE busca garantizarse el control absoluto del ente público por la vía de modificar las mayorías parlamentarias para la renovación de este órgano, que pasará de 10 a 15 consejeros.

Si no se logra la mayoría de dos tercios, se podrá elegir con mayoría absoluta en una segunda votación, lo que permite a los socialistas asegurarse su control con el apoyo de sus socios de investidura, dejando al margen al PP. Y para comprar el apoyo de Bildu o ERC, Sánchez les ofrecerá un puesto en el consejo.

Poco le ha importado a Pedro Sánchez que su asalto a RTVE choque frontalmente con la ley de medios de la UE que vela por la pluralidad de los medios de comunicación públicos. El Reglamento Europeo sobre Libertad de Medios de Comunicación-el mismo que Sánchez ha empleado para tratar de justificar su control de los medios con el llamado «plan de acción por la democracia»- establece con claridad el riesgo de la «injerencia política» en los medios públicos y llama a las autoridades nacionales a evitarlo.

«Asimismo, hay casos en los que las reformas legislativas en los Estados miembros han aumentado el control gubernamental de los medios de comunicación de servicio público, también en lo que respecta al nombramiento de las personas que ejerzan la dirección del consejo de administración de los medios de comunicación de servicio público, o de los miembros de éste», se advierte. Eso es exactamente lo que ha hecho Pedro Sánchez, pasándose el Reglamento Europeo sobre Libertad de Medios de Comunicación por el arco del triunfo. Pero como en la UE están a sus cosas, el asalto de Sánchez a RTVE será tratado como un asunto doméstico.