Opinión

¿Maquillaje en las cifras del paro? Sí, y de tres capas

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que en las cifras del paro hay «maquillaje». Se refiere al hecho de que el cambio de nomenclatura de los antiguos contratos temporales, que ahora han pasado a llamarse fijos discontinuos, ha provocado un descenso en el número de parados registrados. ¿Por qué? Pues muy sencillo: porque los fijos discontinuos no computan como desempleados, aunque estén parados al terminar su contrato. Antes, cuando finalizaba un contrato temporal, el trabajador quedaba en paro y figuraba como tal, pero la reforma laboral dejó prácticamente sin efecto los contratos temporales y los sustituyó por contratos fijos discontinuos, una modalidad que, en esencia, no difiere mucho de la anterior, pero que se traduce en el hecho de que un trabajador, al vencimiento de su contrato de tres meses, por ejemplo, y a la espera de volver a ser contratado, no figura como parado aunque realmente lo esté.

Dice la ministra de Trabajo que los fijos discontinuos nunca han contabilizado como parados. Claro, ministra, pero si convertimos por ley los centenares de miles de contratos temporales -que a su fin derivaban en una situación de paro registrado-  en fijos discontinuos -que no computan como desempleados-, lo que se ha producido es un descenso artificial del número de parados. Eso claro que es maquillaje. Y de tres capas. El problema de fondo de nuestro mercado de trabajo no se arregla cambiando los contratos de nombre para aligerar de desempleados las estadísticas oficiales, que es lo que ha ocurrido con la última reforma laboral, porque eso es una pura «trampa» contable. El Gobierno saca pecho por haber bajado de los tres millones de desempleados en mayo, pero ¿cuántos parados más habría si no hubieran desaparecido por decreto quienes están ahora en paro, pero han sido borrados de las estadísticas oficiales? Esa es la pregunta que la ministra de Trabajo no quiere responder.