Opinión

La dialéctica de los puños… de momento

La crisis en Podemos Galicia deja un nuevo capítulo disparatado: insultos como “miserables” o reiteradas amenazas de muerte protagonizaron la reunión de un Círculo en la localidad coruñesa de Ames. La actitud de Eusebio Ónega, miembro del consejo ciudadano, recuerda a la máxima de José Antonio Primo de Rivera sobre la «dialéctica de los puños» como medio para imponer la autoridad. El comportamiento de Ónega es más propio de un matón tabernario creado por los maestros del western Sam Peckinpah o Sergio Leone que de un aspirante a cargo público. El vídeo que les ofrece en exclusiva OKDIARIO muestra cómo irrumpe en la sala de reunión tras un portazo, con las manos sobre la cintura y la mirada clavada en tres personas —uno de ellos, jefe de Policía— a los que insulta y amenaza sin más razón ni miramiento que ser, según él, “unos infiltrados”. Más que en un municipio de La Coruña, parecía encontrarse a las puertas de un Gran Salón cualquiera del far west. Las amenazas y ademanes violentos, propios de ‘Grupo Salvaje’ o ‘La muerte tenía un precio’, son el producto de la crisis que azota Podemos. Situación provocada por Pablo Iglesias y la dictadura interna con la que rige el partido.

Galicia es la vía principal del naufragio que vive la formación a nivel autonómico. Antes de las elecciones del pasado 25 de septiembre, 3.000 afiliados de Podemos Galicia abandonaron el partido tras la decisión unilateral de Iglesias de diluir sus siglas en la candidatura de En Marea. Bases y Círculos se sintieron ninguneados y de aquel precedente viene este conflicto exacerbado en la Casa de la Cultura de Bertamirans, donde el diálogo, el sosiego y la reflexión que se le presupone a la nueva política brillan por su ausencia. Una demostración más de que no hay nada de especial en la irrupción de este tipo de formaciones. Las mismas guerras internas a todos los niveles. Huecos más allá del populismo de unos discursos basados en la agitación constante y en la segregación entre “buenos y malos”. Desde que Podemos se fundara en 2014 ha hecho de su actividad una constante regresión en el tiempo: la guerra civil, el lenguaje bélico y, por si fuera poco, ahora convierte sus delegaciones en una suerte de ‘Ok Corral’ del siglo XIX.