Opinión

Madrid tiene que ser el 4M un muro frente al socialcomunismo

La última encuesta de Hamalgama para OKDIARIO sobre las elecciones del 4-M en Madrid otorga 54 escaños a Isabel Díaz Ayuso, 24 más de los 30 actuales, pero necesitaría de los 14 diputados que otorga el sondeo a Vox para rozar la mayoría absoluta, que se sitúa en 69. En las circunstancias actuales, confiar en que los 7 escaños que la encuesta concede a Ciudadanos, por mucho que Ignacio Aguado haya sido sustituido por Edmundo Bal como candidato, es un ejercicio de alto riesgo. Es significativo que la brusca irrupción de Pablo Iglesias en el tablero político madrileño no se traduce más que en un ligero ascenso para Podemos, que pasa de 7 a 9 escaños, muy por detrás del PSOE (38 escaños para Gabilondo) y por debajo de la candidata de Más Madrid, Mónica García, que lograría 14. A tenor de los datos, la apuesta del secretario general de Podemos se saldaría con un estrepitoso fracaso, pues sólo conseguiría superar en escaños a Cs.

El meteórico ascenso de Isabel Díaz Ayuso demuestra que los madrileños confían en la candidata del PP como muro de contención al socialcomunismo. Su victoria, según las encuestas, será abrumadora en reconocimiento a su gestión al frente de una Comunidad que ha sabido defender de los ataques de una izquierda que la convirtió, desde el principio, en enemiga a batir. Pero no nos engañemos: esto no ha hecho otra cosa que empezar y, a buen seguro, el socialcomunismo utilizará todos los instrumentos a su alcance, incluidas las males artes, para descabalgarla del poder. Los madrileños comprometidos con la defensa de la Constitución y la unidad nacional tienen una obligación moral de acudir a las urnas para cerrar el paso a quienes no tienen otro afán que replicar en Madrid el proyecto de Gobierno que en España mantiene en el poder al socialcomunismo con el apoyo de golpistas, partidos de extrema izquierda  y proetarras.

Lo que está en juego es la libertad, que no cae del cielo. Hay que reconquistarla cada día y más en las actuales circunstancias. Por eso, las elecciones del 4-M en Madrid no son unos comicios más. Se decide vivir en democracia o bajo el yugo del comunismo. Ni más ni menos.