Lola, la insostenible

No es la única socialista/sanchista (camuflada de toga y grandes cruces) cuya estrella periclita. Sólo hay que ver al pobre Marlaska babeando ante los Bildu, mientras en las calles ocurre lo peor que puede sucederle a un ministro del Interior: que las Fuerzas de Seguridad al unísono (Mossos y Ertzainas, incluidos) te tomen por el pito del sereno y reclamen averno para un titular de un dicasterio clave que ha convertido Castellana, 5 en el cuartelillo de Sánchez.

La que ahora baila a trompicones es la antigua compañera en la Audiencia Nacional -¿recuerdan aquello tan fino de “maricón”?- Dolores (Lola, para el amigo Villarejo) Delgado, a la sazón, dicen, al frente de la Fiscalía General del Estado a mayor beneficio del gran conducator.

Que todos los fiscales sin especiales fisuras y de ideología contrapuesta desnuden profesional y éticamente a la General Fiscal es cómo para presentar la dimisión magnis itineribus antes de que las cosas lleguen en forma de denuncia a Bruselas. Cuando por un quítame ahí esas pajas dimiten en las grandes potencias democráticas del mundo desde primeros ministros a cancilleres, resulta melancólico observar cómo aquí se aferran a la silla como percebe a la roca.

Todos los flecos que pululan alrededor de la ilustrísima y reverendísima señora Delgado conducen a la misma conclusión: no es persona deontológicamente apta y estaría por comprobarse su capacidad técnica. Sus relaciones personales, específicamente por asuntos que han hecho multimillonario a su compañero sentimental, son parte ineludible que afectan directamente el rol inmáculo que debería presidir el sentir y el hacer de la Fiscal General. Ya saben, aquello de ser honrada y parecerlo.

Fuentes del ministerio fiscal informan de una situación “insostenible” para la ex ministra de Pedro Sánchez. Delgado parece ser la única que no se percata de su propia situación. Y en esta deriva, estaría a punto de aparecer un nuevo escándalo que sería la puntilla para una mujer que allá por donde va conlleva el escándalo y la sospecha.