Opinión

Irene Montero y Un Tío Blanco Hetero: un duelo que no se dio

Y hubiera sido la bomba. Porque, además, el Tío Blanco Hetero (UTBH) es un buen entrevistador. A mí me interrogó a fondo cuando salió mi último libro. Un tipo con coraje que no lo ha tenido fácil pero que es actualmente uno de los principales referentes en la crítica a las políticas de género. Especialmente las promulgadas por Irene Montero y sus chicas durante el desastroso irenato. Tiene un canal en YouTube con más de 500.000 suscriptores, que se dice pronto. Señal de que recoge las inquietudes y preocupaciones de una parte importante de la población de este país.

Efectivamente: cuando las feministas de los años sesenta y setenta del siglo pasado luchaban contra unas costumbres y unas instituciones obsoletas que aún existen en muchos lugares del mundo, se ganaron un respeto moral importante. Pero grandes empecinamientos y errores las llevaron por una senda de sectarismo y abuso intolerable hacia la mitad de la población, negándole la mera presunción de inocencia. Y nos encontramos en una deriva de victimización con rasgos de delirio. Como perlas de los dos últimos decenios (cuando el fervor fue subiendo de temperatura) una feminista como Carmen Calvo, encerrada en una «narrativa del sufrimiento» absolutamente paranoide, llegó al extremo de afirmar que la opresión sobre la mujer era tan absoluta en la época de Franco, ¡que enfermaban de la vesícula y se les extirpaba!

Y este drama sin igual no está solamente en la memoria de quien fue joven en los setenta. Bárbara Tardón, experta en género y asesora de la propia Irene Montero, declaró sin rubor que «a las mujeres nos agreden en todos los sitios. En las grandes ciudades, en los pueblos, en las zonas rurales, en nuestras casas. Nos agreden nuestros padres, hermanos, tíos, primos, jefes, compañeros», y «no es todo machismo». Por no hablar de inmensamente hipócritas iniciativas como la de crear talleres para moldear a hombres «blandengues» que ofreció el Ministerio de Igualdad y que al parecer la propia Montero copió de la inefable Ada Colau. Por si no se acuerdan, el Ayuntamiento de Barcelona financió con 1,3 millones de euros al año unos cursos para promover «nuevas masculinidades» proclamando cosas tan de feminismo cejijunto como que «ser hombre es una ficción» y que «hay que abolir la masculinidad» .

Justamente los temas que más le escuecen a un hombre blanco hetero como nuestro youtuber. La actual eurodiputada de Podemos se ha excusado en unos supuestos problemas de agenda. Una lástima, pues habría sido todo un acontecimiento. Su equipo dice que sólo «se ha pospuesto». Pero yo me jugaría algo a que esta postergación durase hasta la consumación de los siglos. El feminismo de esas radicales de profesión y cargo está hecho de ideología, falsos presupuestos y mucha emotividad. Poca chicha para razonar y discutir como querría Sergio Candanedo, que es el nombre del tipo tras la característica máscara blanca. Quizá esté dando largas, pero no podría inaugurar con mayor estruendo publicitario su plan para llevar a cabo una política en las redes sociales y foros digitales dirigida a lanzar un asalto a Sumar y a Yolanda Díaz. La exministra sufrió el veto de la líder de Sumar en las pasadas elecciones generales de julio. No la quisieron integrar en las listas electorales y se tuvo que arreglar sólo con un Podemos muy tocado y casi hundido. Por los pelos.

Vamos a ver si mi vaticinio de que se seguirá escabullendo de UTBH se cumple o nos da una sorpresa y accede a debatir con una de sus némesis más reconocidas.