El ‘Govern’ dels ‘pirats’
En los últimos días se ha hablado que la presidencia del Parlament, el segundo cargo institucional de la comunidad autónoma de Cataluña, y en terminología del separatismo triunfante, la segunda autoridad del “país”, podría recaer en la CUP para garantizar su apoyo a una investidura de Pere Aragonès en un gobierno ERC-Junts al que, tal vez, se podrían incorporar los antisistema. Esta situación, si se diera, serviría para batir el récord mundial de fanatismo en la presidencia de una cámara de diputados, tras las marcas de Carme Forcadell, Roger Torrent y Andrey Andreyevich Andreyev, presidente del Soviet de los Diputados del Pueblo durante la Gran Purga de Stalin.
Sería entrañable ver a los manifestantes pro-Hasél entrar como Pedro por su casa por los pasillos del Parlament para prender fuego a los despachos de Vox, pintar “Illa carcelero” en los lavabos de caballeros y tirar piedras a los diputados de Ciudadanos y Partido Popular en la cafetería. Todo ello con su pase ‘VIP gasolina’ que el o la/i/o/u flamante presidenta/e/i/o/u ‘cupaire’ facilitaría a sus tropas de choque. No tengo duda de que los ujieres de la cámara se cuadrarían ante los encapuchados, a fin de cuentas, serían los más firmes apoyos de la segunda autoridad del “país”.
Un/a/e/i/o/u presidenta/e/i/o/u del Parlament antisistema merece un Gobierno del mismo tenor, una Generalitat que garantice que el camino hacia la República de los Lunáticos se mantiene con paso firme y sin desviaciones. Damos por sentado que Pere Aragonès, el ideólogo del “España nos roba y Extremadura vive a costa nuestra”, atesora el nivel de fanatismo necesario para no desentonar en el ‘Govern dels pirats’. ¿Pero quiénes estarían a la altura del la/e/i/o/u cupaira/e/i/o/u que dirigiría los debates en la cámara autonómica?
Por supuesto, Joan Canadell, el empresario que dijo que “España es paro y muerte” y número 3 de Junts, debería ser conseller. Pero no de Economía, o de Empresa, como se rumorea. Lo suyo sería Salud, para que pueda ordenar la aplicación de electroshocks obligatorios a todo aquel ciudadano – que no catalán, porque para los separatistas los que no comulgan con sus ideas no merecen tal distinción – que entre en un ambulatorio o hospital público y no lleve un lazo amarillo o una camiseta con una ‘estelada’. Así, con estímulos electrónicos, Canadell conseguiría el gran anhelo del independentismo: “ensachar la base”. A ver quién se resiste a una buena corriente eléctrica en el cerebro. Acabas cantando las canciones de Lluís Llach sin rechistar.
Sería menester conseguir la libertad de Pablo Hasél para que fuera conseller de Interior. Seguro que en la ‘mesa de diálogo’ se podría conseguir una concesión de este tenor, que no requiere de reforma constitucional alguna. Los 17.000 agentes de los Mossos d’Esquadra serían despedidos, salvo los miembros de los Mossos per la República Catalana, y se ficharían para garantizar el control del territorio a los CDR, a un par de miles de mercenarios sudaneses que no supiesen español – y así ser evangelizados directamente en catalán – y a Pilar Rahola, que da mucho miedito.
Para llevar las consejerías económicas del gobierno, nadie mejor que un par de integrantes de astrólogos por la República Catalana, que tendrían el mismo nivel de acierto que los actuales expertos de la Generalitat, pero de una manera más ecológica, dado que para sus pronósticos no gastarán ni papel ni electricidad. Una bola de cristal, y augurarán como en una futura Cataluña independiente todos comeremos helado de postre cada día y que con los que nos ahorraríamos de lo que nos ‘roba’ España todos los catalanes tendremos limusina, chalet en la Costa Brava y un paquete de acciones de Abengoa.
Enseñanza, por supuesto, sería para Pisarello. Alguien tan amante de hacer desaparecer banderas españolas de la vista del público merece educar a los niños desde los 0 a los 18 años. ¿Qué está en los ‘comunes’? Eso no es ningún problema para el bueno de Gerardo que, cómo cualquier jugador que llega al Barça, soñó con llevar la estelada bordada en el pecho desde su más tierna infancia. Para Rufián se crearía una cartera de nuevo cuño, la de ‘Carajillos y solysombra’, que es la visión que tienen en ERC del votante del área metropolitana de Barcelona. Acción Exterior sería para Toni Comín, solo para evitar que no se acerque jamás a Cataluña, por si algún día tuviera la tentación de entregarse, no sea que algún juez despistado lo dejara en libertad. En ERC les daría algo. Por supuesto, Obras Públicas sería para Jaume Roures. Bueno, Obras Públicas, Bienestar Social, Agricultura, Justicia, Cultura y la presidencia del Patronato de la Montaña de Montserrat. Todo sería poco para el gran poder fáctico de la Cataluña separatista.
¿Saben que es lo peor? Que en la Cataluña actual todo lo que les he relatado en estas líneas sería posible. Así que átense los machos…
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